El fondo de inversión Lone Star ya busca compradores para Dolce Vita

Rodri García / Xosé gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

ANA CANEIRO DACOSTA

La firma norteamericana es la dueña del centro tras el concurso de acreedores

23 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Dolce Vita busca su renacimiento aunque sea con otro nombre. El que en su día había sido el mayor centro comercial de Galicia, con 62.000 metros cuadrados de superficie, es ahora propiedad del fondo de inversión norteamericano Lone Star. Así lo decidió el juzgado que llevó el concurso de acreedores presentado por Chamartín Inmobiliaria, que era la propietaria de las instalaciones y que las cerró el 30 de enero del 2014. No es la primera vez que Lone Star se queda con centros comerciales de Chamartín, ya que hace tres años le había comprado los cuatro que entonces tenía en varias ciudades de Portugal.

Los nuevos dueños ya han empezado la búsqueda de posibles compradores para el Dolce Vita y tuvieron los primeros contactos con alguna empresa que quiere instalarse en A Coruña. Pero las dimensiones del centro comercial que abrió en el 2008 hacen difícil que sea una única firma la que se ubique en él. Por este motivo, y según fuentes conocedoras de la situación, «esta es una negociación de largo recorrido», por lo que es muy probable que Dolce Vita llegue a cumplir los cuatro años todavía cerrado.

La maleza ha ido cubriendo las instalaciones que en su día supusieron una inversión de 162 millones de euros. Durante el tiempo que lleva cerrado las opciones de volver a abrir fueron prácticamente nulas, según argumentan fuentes del sector; y es que la aparición de un inversor interesado en convertir el espacio comercial en un complejo de ocio nocturno no parecía consistente, a pesar de que unos meses antes del cierre los gestores se acogían a esta posibilidad porque «si no salía ese proyecto, a corto plazo cerraríamos», decía Pablo Ramos, director de la firma Larry Smith, que gestionaba entonces los bienes del grupo Chamartín.

Entre la crisis y la saturación

La apertura de Dolce Vita se produjo en el momento en que arrancaba la crisis algo a lo que, argumentaba entonces Ramos, se unió la excesiva oferta de centros comerciales en la ciudad.

De todos modos, en sus mejores momentos este centro comercial llegó a tener una ocupación del 92 % de los 114 locales con los que contaba, dando con ello trabajo a unas 4.000 personas. La presencia de algunas de las firmas más potentes del mercado, que no estaban en otros puntos de la ciudad, como Primark, H&M o Media Mart permitió a Dolce Vita ir capeando el temporal económico durante unos años, si bien acabó sucumbiendo ante el mismo.

Con todo ello, lo que parece claro es que es difícil que en la nueva etapa que se está fraguando vuelva a ser un centro comercial, entendido según el modelo actual, el que ocupe estas instalaciones. La búsqueda de empresas interesadas se encamina por el momento hacia aquellas que necesita un amplio espacio.

Después de duplicar la media de superficie por habitante vino la especialización

«Se han cometido errores graves que han hecho que en la ciudad haya una saturación y un exceso de oferta. En España la media es de 300 metros cuadrados por cada mil habitantes y en A Coruña estamos en casi 600». Esto decía hace un lustro Javier Moreno, entonces gerente de Dolce Vita. Y es que en esos momentos, febrero del 2012, la ciudad vivía una expansión de centros comerciales sin precedentes con la apertura de Los Cantones Village en el 2005; Dolce Vita en el 2008; Espacio Coruña un año más tarde y Marineda City en el 2011. Con esta panorama, Moreno auguraba que la situación pasaba por un reajuste de la oferta a la realidad de la ciudad y «que el mercado vuelva a ser lo que tiene que ser, esto va a llevar al cierre de locales comerciales y gente que quede en la calle».

Y los locales empezaron a cerrar. Primero en Dolce Vita hasta su desaparición. Luego en otras superficies comerciales como ha ocurrido en Los Cantones Village, donde da una idea de su funcionamiento el hecho de que abra sus puertas a las tres y media de la tarde: apuesta por el ocio nocturno, sin un solo local comercial y con unas dependencias municipales (la oficina de rehabilitación) para las que el gobierno local ya busca nueva ubicación.

Los demás centros comerciales han ido apostando por una cierta especialización. Y es que, como decía Juan Louro, director del centro comercial Cuatro Caminos, que está celebrando sus 30 años, «después de todo el terremoto ya se ve los que hemos quedado en pie».