El parque de Santa Margarita de A Coruña, abandonado y convertido en el antiguo monte que fue en sus orígenes

Emiliano Mouzo A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

Además de las deficiencias de las instalaciones, los usuarios denuncian la presencia de indigentes durmiendo, de trapicheo y botellones.

03 may 2021 . Actualizado a las 10:51 h.

El parque de Santa Margarita fue un antiguo monte convertido en uno de los pulmones de la ciudad. De eso hace ya 57 años, cuando un proyecto municipal sirvió para sanear el área y ganar un espacio de unos 53.000 metros cuadrados.

Este parque donde hay más de 70 especies botánicas llegadas de distintos continentes, no dejó de acoger múltiples servicios. Estanque, juegos infantiles, anfiteatro al aire libre, bancos y mesas para jugar o degustar de una comida o una merienda, un antiguo molino, y hasta un museo, la Casa de las Ciencias, y un escenario incomparable para la celebración de todo tipo de eventos, el Palacio de la Ópera.

Pues bien, todo lo que ofrece este parque «se encuentra en un estado lamentable, de abandono total», denuncian los vecinos de la zona y, sobre todo, los numerosos visitantes a este pulmón verde. Y enumeran todas y cada una de las «graves deficiencias» de esta área. Denuncian que existen zonas del adoquinado que están totalmente levantadas, «y se convirtieron en un gravísimo y alto riesgo de caídas para los corredores o los paseantes». El antiguo estanque está lleno de maleza, y por los que se construyeron a su lado «ni tan siquiera corre el agua desde hace tiempo».

ANGEL MANSO

Deteriorada también se encuentra el área de juegos infantiles, «que se convirtió hasta en peligrosa». Varios padres aseguraron que el piso, de madera, está lleno de verdín, «y el riesgo de resbalar es muy elevado». Recientemente se cambiaron varios tablones, pero creen que sería necesario «renovar todo el piso para evitar accidentes». Y lo mismo ocurre con las estacas que forman el cierre perimetral. Los bancos que están al lado de este parque están completamente destrozados, «y sus laterales llenos de óxido».

Los bancos y las mesas tampoco pasan la inspección de los usuarios. Uno de estos equipos ya se vino abajo «y lleva no se cuántos meses precintado con cintas de plástico, y la madera de los otros hasta huele mal de lo podrida que está. Los clavos que soportan los tableros están al aire, y son un peligro.», aseguraron este jueves varios señores que participaban en una tertulia.

El antiguo molino «está a punto de quedar sin techo, está todo podrido, y cuando hace mucho viento se levantan partes de la techumbre». De hecho, ya hace mucho tiempo que una de sus maltrechas aspas se cayó, «y desde aquella tienen cerrada la zona con vallas de acero completamente oxidadas», subrayan varios visitantes. Y la pequeña ventana superior «tiene rotos los vidrios», dijeron muchos paseantes.

También es muy triste observar como las gradas del anfiteatro al aire libre, y sus escaleras, que al igual que las de la Casa de las Ciencias, «están cubiertas de hierbajos». Los usuarios del parque de Santa Margarita también se quejan de la falta de cuidados en las zonas ajardinadas, «siempre están llenas de maleza». Un trabajador de la compañía encargada del mantenimiento de las zonas verdes aseguró que solamente «somos dos personas para atender toda la zona».

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Y a todas estas deficiencias del parque de Santa Margarita, hay que añadirle un grave problema de inseguridad. Dicen que indigentes utilizan el alar de la Casa de las Ciencias para dormir. Subrayan que por la noches se juntan jóvenes, «para hacer botellones, para trapichear y consumir drogas». Dicen que nada más entrar estos individuos «nos tenemos que marchar, porque su presencia siempre termina con discusiones, peleas, y no hace mucho en un apuñalamiento», recalcaron.

Por ello, ruegan y exigen al Ayuntamiento que se ocupe de esta gran atracción coruñesa, «antes de que vuelva a ser el monte dos Altos dos Muiños, como se le llamaba antiguamente», dicen