Tranvías de A Coruña: «Vamos a intentar seguir cumpliendo con el servicio público»

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

El precio del gasoil amenaza la viabilidad de la concesión, con una flota de 93 buses

15 mar 2022 . Actualizado a las 09:33 h.

Una crisis sanitaria, problemas de suministros y un alza sin precedentes en el precio de la energía y los combustibles, agravada por la guerra entre Rusia y Ucrania, y una huelga del transporte. Este es el cóctel que se han encontrado en las últimas semanas miles de empresas de A Coruña y su ámbito de influencia. Y de sus consecuencias no se salva ninguna, tampoco la Compañía de Tranvías de La Coruña, concesionaria del servicio de transporte público de la ciudad. Su director, José Ignacio Prada, aseguró que, tras hablar con el comité de empresa, no se va a secundar la huelga de transporte que fue convocada de forma indefinida desde este lunes por una plataforma a través de las redes sociales. «Sería ilegal ya que tendría que haberse anunciado oficialmente y haber determinado los servicios mínimos con antelación», puntualizó. Lo que sí está haciendo temblar la viabilidad de la compañía son los precios de los carburantes y Prada asegura que ese alza imparable está suponiendo un importante «sobrecoste adicional» que ya está afectando a las cuentas de la compañía. «Toda nuestra flota, los 93 autobuses, funcionan con gasoil. Sabemos que hay otras concesionarias que utilizan el gas como combustible y que están mucho peor. Pero la situación es complicada». De hecho, según indicó, el pasado jueves compraron el combustible un 75 % más caro que la media de todo el año pasado, aunque el viernes hubo un estancamiento en los precios. «Vamos a intentar seguir prestando este servicio público, pero la situación es complicada y todavía es demasiado pronto para saber qué va a pasar. Estamos pendientes de poder plantear la situación a responsables del Ayuntamiento de A Coruña». En este sentido, José Ignacio Prada recordó que tras la dimisión del concejal de Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, Juan Manuel Díaz Villoslada, se quedó desde la pasada semana sin interlocutor directo en el gobierno municipal, por lo que supone que será la alcaldesa, Inés Rey, con la que deba tratar ahora estos asuntos.

Al margen de este nuevo problema con el que debe enfrentarse la Compañía de Tranvías de A Coruña por la subida de los precios de los combustibles, la empresa todavía mantiene abierto con el Ayuntamiento el litigio por las tarifas. «No es que esta inflación suponga pérdidas, es que llevamos ya técnicamente dos años asumiendo pérdidas», explicó. Prada confirmó que la compañía es una de las que mayor flota de autobuses tiene en el ámbito de A Coruña y que, por lo tanto, compran directamente el combustible a la compañía Repsol, sin intermediarios. «Lo habitual es que pidamos dos cisternas de 32.000 litros de gasoil cada una a la semana para que los autobuses puedan repostar todas las noches. Al estar la refinería muy cerca, no nos preocupa el precio que pueda suponer el transporte de ese combustible, porque no es alto. Pero sí el precio que está alcanzando el gasoil y esperamos también que no peligre el suministro», indicó. 

Parar «por necesidade»

En cuanto a la huelga de transportes, las grandes federaciones insistían ayer que no había sido convocada de forma oficial ni se habían garantizado los servicios mínimos y que, por ello, poca gente la secundó. No obstante, aclararon que sí hubo un parón por elevado precio de los combustibles y que en los polígonos del ámbito de A Coruña, así como en el puerto, hubo poco movimiento de camiones. En este sentido, un transportista autónomo que trabaja en el área de A Coruña y que se dedica básicamente al ámbito de la alimentación, indicaba ayer que llenar el depósito le suponía «quedar en pérdidas». Desde el anonimato confirmaba que, dependiendo de la ruta, tenía que repostar cada día o cada dos días. «É unha ruína. Aínda non sei o que gañarei a final de mes, pero estou vendo que serán todo perdas e o que non vou facer é traballar para, aínda encima, quedar con débedas», explicó. Confirmó que si el alza de los precios de los combustibles sigue como hasta ahora, aunque el viernes dio una pequeña tregua, «terei que deixar o camión aparcado». Aunque no cree que una huelga sea la solución, se ven obligados a apagar motores: «Paramos por necesidade. Porque con todo o que xa pagamos é imposible asumir os prezos dos combustible tal e como están hoxe», indicó.

Los promotores coruñeses creen que peligran los plazos de entrega de viviendas

«La situación se está volviendo verdaderamente dramática». La Asociación de Promotores Inmobiliarios de A Coruña (Aproinco) describió con estas palabras la coyuntura económica y energética que está viviendo el sector desde hace meses, agravada con la guerra entre Rusia y Ucrania. Indicaron a través de un comunicado que desde hace algo más de un año materiales y productos necesarios para la construcción han venido experimentando, aparte de un problema de suministro a nivel global, una escalada alcista en los precios, «que han venido asumiendo las empresas promotoras y constructoras poniendo, en muchas ocasiones, en riesgo los márgenes de la promoción correspondiente». Indicaron que dicha escalada se volvió «particularmente peligrosa» en los últimos meses, lo que ha motivado que incluso el Gobierno Central, y exclusivamente para la obra pública por él contratada, haya aceptado, en determinados casos y cumpliendo una serie de requisitos, un sistema de revisión de precios en base a ese incremento de costes.

Desabastecimiento

Así, en la última semana distintas fábricas de componentes de construcción anunciaron ya la paralización de los procesos de fabricación, cuando no el cierre o la inminencia del mismo. Ello puede conllevar al desabastecimiento en el mercado y la consiguiente paralización del proceso constructivo, «con la imposibilidad de cumplir los plazos pactados con nuestros clientes». Indicaron que las empresas promotoras de viviendas tienen la voluntad de cumplir los compromisos firmados con los compradores de las viviendas.