El gallego de Schrödinger

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

No dudamos. Lo que pasa es que los gallegos somos cuánticos

08 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Andaba yo paseando a mi bola por el jardín de San Carlos, que acaba de reabrir su verja después de muchos meses cerrado por reformas, cuando me explotó el móvil a golpe de wasaps, tuits y todo tipo de vibraciones chungas. El culpable era Paco León. El actor, que llegó a la cumbre de su carrera como Luisma en la serie Aída, ha resucitado el añoso debate sobre si los gallegos somos abiertos, cerrados o abiertos por un lado y cerrados por el otro. «Es una persona muy para adentro, casi gallega», sentenció León sobre su último personaje. E internet respondió de inmediato con su despliegue de armas tácticas y estratégicas, petándome el teléfono de memes, brochazos y sesudos análisis sobre la filmografía del alter ego de Luisma.

Estaba yo pensando en estas simas metafísicas, más distraído incluso de lo habitual, cuando tropecé con la estatua del brigadier Mazarredo que han plantado en el jardín. Como era de noche y la estatua tenía la mano extendida, pensé que Mazarredo me estaba dando el palo, como cuando de niño iba a la antigua biblioteca pública de San Carlos y los yonquis me levantaban la paga, así que le puse dos euros en los dedos de bronce y seguí dando vueltas a los olmos y al dilema de si soy gallego para afuera o casi gallego para adentro.

Los gallegos no es que seamos cerrados o vivamos en la mitad de la escalera, donde los demás no saben si subimos o bajamos, aunque nosotros lo tengamos clarísimo. No dudamos. Lo que pasa es que los gallegos somos cuánticos. Somos gallegos de Schrödinger y, como ese gato que está vivo y muerto a la vez, somos capaces ser muchas cosas diferentes al mismo tiempo. Donde otros ven incertidumbre, como en la ruleta rusa de los pimientos de Padrón, nosotros solo vemos nuestra forma de estar en el universo.