Los vecinos de las casas de Franco de A Coruña salen a la calle contra las obras de humanización de la zona

C. Devesa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Protesta de los vecinos de las casas de Franco de A Coruña
Protesta de los vecinos de las casas de Franco de A Coruña C.D.

Los residentes dicen que el proyecto contempla construir un muro de metro y medio delante de las viviendas, mientras que la alcaldesa, Inés Rey, comenta  que se modificará la iniciativa «en aquello que se pueda para contentar a los vecinos»

16 feb 2024 . Actualizado a las 17:12 h.

Bajo los lemas de «Reforma sí, pero así no», «No a los guetos», «No al muro» o «En este mierdón se va medio millón», más de un centenar de vecinos de las casas de Franco de A Coruña se manifestaron a las doce del mediodía de este viernes contra las obras de humanización de la zona.

Los vecinos cortaron la ronda de Outeiro en el cruce con Monasterio de Bergondo durante cerca de veinte minutos, lo que provocó importantes retenciones de tráfico. Por ello, se movilizó a varias patrullas de la Policía Local, que procedieron a desviar la circulación por Villa de Negreira. El origen del malestar vecinal se debe a la previsión de instalar un muro de medio metro delante de las viviendas, que van desde el número 257 de la ronda de Outeiro al 261. «Pero nos afectan a todos, no solo a esos edificios», apuntó Pili, residente en O Ventorrillo, que denunció que con la puesta en marcha de la medida «se crearía un gueto».

Porque entre las preocupaciones de los afectados está la de que esa barrera de pie a conflictos. Así lo expresó Deborah Cotelo, presidenta de la comunidad del 261. «¿Quién nos va a ver si pasa algo? Porque ahora nos ven desde la calle, pero con esa berrera esto qué va a ser, de nuevo una zona conflictiva con pandilleros, trapicheos, etc..», indicó la mujer, que cree que «más gente se va a unir contra el proyecto porque muchos no tienen ni idea de cómo es».

Además, los residentes en el área ven en esa barrera, «que se colocará a lo largo de toda la vía, desde Monasterio de Bergondo hasta Toxos Outos a la altura de donde aparcan actualmente los coches», un agravio para las personas con movilidad reducida. «¿Cómo salimos de nuestros portales a la ronda de Outeiro? Si tiene que venir una ambulancia, los bomberos o una persona necesita un taxi, ¿cómo hacen?», expone Deborah. Los vecinos también señalan que el proyecto reducirá las plazas de aparcamiento en una veintena y supondrá barreras arquitectónicas. 

Reunión con Urbanismo

Para los vecinos de las casas de Franco la instalación de ese muro es además la gota que colma el vaso, ya que los trabajos llevan meses generando malestar. «La obra empezó en agosto cuando empezaron a picar a ras de los edificios para supuestamente realizar la canalización eléctrica del agua, luego se pararon más de tres meses y pedimos una cita con Urbanismo en octubre para saber qué pasaba. Sufrimos cortes de electricidad en varias ocasiones y cuando llueve se filtra el agua a los portales desde las rampas que instalaron para acceder», expone Deborah.

La alcaldesa, Inés Rey, indicó ayer en el programa Voces de A Coruña de Radio Voz que desde el gobierno local se han reunido con los vecinos para saber en qué puntos hay un desencuentro grande «y modificar el proyecto en aquello que se pueda cambiar y que contente a los vecinos para evitar ese malestar que nos están manifestando». En todo caso, Rey apuntó que «son mejoras de accesibilidad para mejorar el entorno, pero, como todos los proyectos, es susceptible de mejoras o de cambios puntuales». En este sentido, la regidora añadió que desde el Ayuntamiento «ya hemos hablado con ellos y vamos a ajustar un poco el proyecto». «Es un barrio muy congestionado de coches y edificios con pocas zonas verdes o de esparcimiento. Tratamos de mejorar la calidad urbana de una zona que tiene una gran densidad de población», añadió.

Diálogo con los vecinos

Tras las declaraciones de Rey, la presidenta del 261, comentó que aceptan el diálogo. «Pero lo que ocurrió cuando fuimos al escaño ciudadano, que me pregunto qué para que existe porque no tenemos voz de réplica, es que desde el Ayuntamiento lo que nos contestaron es que nosotros estábamos de acuerdo. Claro, estamos de acuerdo en que se rehabilite esto, pero no con que se instale un metro y medio. ¿En qué sitio se ve que se ponga un muro y la gente no pueda salir de sus portales con acceso directo a la calle? Otra, es que nos venden esa medida como que servirá opara reducir el ruido acústico», indicó Deborah, que también hizo referencia a la futura promoción que se realizará justo en frente a las casas de Franco. «¿Qué quieren? Que se vuelva esto una zona marginal, se devalúen las viviendas y nos marchemos porque esta es una zona que vale muchísimo, ya que estamos muy bien situados. Los edificios de enfrente van a tener un valor impresionante con precios de 500.000 euros y, claro, nosotros quedamos horrorosos aquí».