Las conexiones del futuro carril bici de Alfonso Molina, en A Coruña, pendientes de estudio
A CORUÑA CIUDAD
Carreteras detalla que la vía acaba «en aceras preexistentes» y el Ayuntamiento pretende «darle continuidad» a la red
20 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La transformación de la avenida de Alfonso Molina continúa dando pasos administrativos para hacerse realidad, pero todavía quedan cuestiones por aclarar. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible aprobó el jueves el proyecto para adecuar la principal arteria de entrada y salida de la ciudad de A Coruña al tránsito de peatones y ciclistas, un plan complementario a la ampliación. Pero el trazado del carril bici ratificado no tiene conexiones en sus extremos.
La actuación, que tendrá un coste de 5,9 millones de euros, prevé la construcción de un carril bici paralelo a la avenida desde el nudo de Ponte da Pedra-San Cristóbal hasta la Coca-Cola, pasando también por la bifurcación de Matogrande-Pocomaco, donde habrá una pasarela peatonal y ciclista para tratar de facilitar el acceso hacia la universidad. La intervención afectará a un tramo de 1,4 kilómetros de la AC-11 (entre los puntos kilómetros 1,190 y 2,600) y busca impulsar la integración ambiental de la vía y «la movilidad activa y sostenible», según explicó el ministerio. Pero ¿qué pasará en los extremos de esa vía? Las Administraciones todavía no tienen una respuesta concreta a esta pregunta. Desde la Demarcación de Carreteras del Estado en A Coruña precisan que «los carriles van a acabar en zonas que tienen aceras preexistentes».
Unión con Matogrande
Por una parte, se presenta el problema en el desvío del barco, pues el carril bici en sentido entrada a la ciudad no tendrá otra vía ciclable cercana para poder conectar hacia Elviña y la zona de la rotonda de la avenida de San Cristóbal, junto al antiguo Club Financiero Atlántico. Sin embargo, parece lógico que en el futuro se diseñe un enlace en este lugar, pues en prácticamente toda la red ciclable de la urbe se ha hecho por tramos. Por ejemplo, el carril bici que circulaba por la calle Ramón y Cajal no tenía en un principio nexo con la avenida de Salvador de Madariaga, pero el Ayuntamiento lo terminó después. De la misma forma, las Administraciones podrán esbozar la unión con la avenida de Alfonso Molina una vez ejecutado ese tramo, pues es la pretensión del gobierno local, ya que no tendría sentido que la senda para ciclistas de Lavedra fuese solo una cuesta aislada de la red.
El mismo problema se presenta en el nudo de Matogrande-Pocomaco, donde el plan de Carreteras proyecta un carril bici que, por un lado, se acaba junto al edificio Proa y luego bordea el barrio. Ahí nace la oportunidad para enlazar la principal arteria con Matogrande (que aún no tiene carril) y el barrio de Xuxán, cuya urbanización está próxima a su fin. «Nuestra intención es darle continuidad a toda la red ciclable. Cuando esté terminada la reforma de Alfonso Molina se abordará esa continuación para conectar los barrios y promover vías seguras para los ciclistas también por Alfonso Molina», aseguran fuentes municipales, que recuerdan que la ciudad pasó de 23 kilómetros de vías para ciclistas a 50, desde el 2019, cuando llegó Inés Rey al gobierno local.
Finaliza en la Coca-Cola
Sin embargo, se abre un interrogante mayor en el otro extremo del carril bici dibujado para la AC-11, pues se acaba antes de la autopista AP-9, en el ramal que sube a A Zapateira, frente a la Coca-Cola. Por la margen de enfrente tampoco continúa la senda ciclable, con lo cual es posible que no haya conexión con bicicleta hasta el puente de A Pasaxe, cuyo proyecto de ampliación sí que contempla espacio reservado para los ciclistas.
Hay que tener en cuenta que al carril bici de A Pasaxe se podrá llegar por As Xubias, pero no está claro que se pueda alcanzar desde la avenida de Alfonso Molina, ya que en principio la vía ciclable conectará solo la margen en la que se encuentra el edificio de Sindicatos, pues en el otro lado no hay viviendas más allá de Xuxán en sentido salida de la ciudad.