Una de las conclusiones que suscitaron mayor unanimidad en los debates del Foro Metropolitano 3.0 fue la necesidad de potenciar el aeropuerto. Es básico para todos. Como un participante señaló: «No podemos seguir enzarzados en un debate localista no siempre bien argumentado. No es localista afirmar que la ciudad con mayor aportación de riqueza a Galicia, gracias al empuje y creatividad de sus empresarios, necesita disponer de una oferta amplia de vuelos y a precio asequible; no es localismo ni es competir con nadie; es solo lo que los empresarios precisamos para poder competir. Si no somos capaces de mejorar en las comunicaciones aéreas podemos volver a ver empresas saliendo hacia grandes ciudades mejor conectadas». No olvidemos que somos periferia y por eso necesitamos un plus de conectividad. Cuando las grandes ciudades mundiales construyen aeropuertos de negocios próximos a los centros urbanos nosotros seguimos discutiendo.
Decía otro empresario que «el debate aeroportuario se ha convertido en un tema sobre el que todos opinan, y muchas veces sin tener los datos necesarios». El hecho es que la visión del aeropuerto depende del uso que se haga. Para actividades como los viajes turísticos esporádicos, viajes del Imserso, o viajes familiares o de trabajo que no requieren ajustes de tiempo, la oferta de Lavacolla es perfectamente asumible, pero para los empresarios, que son la mayoría de los usuarios de Alvedro, un incremento de los desplazamientos a la terminal, un retraso, una pérdida de frecuencias, un desvío o una cancelación es un coste excesivo. Además, los jóvenes empresarios y otros profesionales demandan una oferta de vuelos de bajo coste porque la oferta actual es excesivamente cara. Son ellos los que necesitan Alvedro, una plataforma imprescindible para consolidar la etapa de progreso que está viviendo la ciudad. El entorno empresarial y turístico, por ejemplo los congresos, del área funcional de A Coruña, entre Carballo y Ferrol, necesita un aeropuerto cercano y accesible. Y eso nada tiene que ver con los localismos.