«Soy nerviosa y se me pasó por la cabeza cancelar el viaje»

La Voz CULLEREDO / LA VOZ

OLEIROS

MARCOS MÍGUEZ

Padres de alumnos del Calasancias accedieron a que sus hijos volasen a Gran Bretaña pese a sus temores iniciales

24 mar 2017 . Actualizado a las 10:25 h.

Las informaciones sobre el atentado en la capital londinense centraron los comentarios durante el embarque del vuelo a Londres que salió ayer por la tarde de Alvedro. Hugo Dopazo fue uno de los escolares, del medio centenar de alumnos del Calasancias, que cogieron el avión para pasar una semana de inmersión lingüística en Kingsgate. Su madre no ocultaba cierto temor. «Soy nerviosa y me puse el triple cuando me avisaron del atentado. Se me pasó por la cabeza cancelar el viaje, pero no lo dije. Mi hijo sabe lo que pasó, no le gustó conocer la noticia, pero le quitamos importancia», explicaba ante la cola para facturar Vero Marta, la madre de este alumno de 12 años. Junto a ella, Ana Pillado, madre de una estudiante, explicaba que su hija «está tranquila, pues va con gente que la va a cuidar», remarcando que el hecho de que repita experiencia les da las garantías necesarias.

«Pero tampoco vamos a condicionar a los niños por eso [el atentado]», consideraba Nuna Vaquero, cuya hija estaba «tranquila y sin miedo». Cumplirá los 13 durante su semana de estancia en el Reino Unido. «Puede pasar aquí o en cualquier lado, es mejor no pensarlo», reconocía esta madre en una terminal con numerosos familiares de los escolares. «Vai contento, agora os nenos están cos nervios pola viaxe, pero o atentado non lles afectou. Se o pensas non facemos nada, hai que seguir», comentaba Uxía Santalla, madre de un niño de sexto llamado Daniel y que estaba acompañada por Aurora Suárez, su abuela, que apostillaba que «estadísticamente é imposible que toque outra vez». Eugenia Roca, que dejó a su hija en el aeropuerto con motivo del mismo viaje, también se mostraba confiada en que los niños no corren peligro, y remarcaba que, durante su estancia, solo iban un día a Londres.

En el mismo vuelo también embarcaba Alejandro Tejedor, un electricista que trabaja para Inditex y que, aunque este año es la primera vez que se desplaza a Londres, el anterior lo hizo medio centenar de veces. Él no se preocupa mucho por el atentado. «Hay ocho millones de londinenses, malo será que me toque, voy sin problema», aseguraba.

También sin temor se mostraba, antes de facturar, la pareja formada por María Souto y José Manuel Castrol, que se quedarán en Londres hasta el martes. «Non pensamos en cambialo, imos por turismo, eu nunca estiven, pero José Manuel viviu alí 30 anos», comentaba María, que admitía que las noticias no le habían hecho replantearse ni por un segundo sus planes.

El colegio de Oleiros donde estudian los sobrinos de Aysha publica un crespón negro

El dolor por la muerte de Aysha Frade se extendió al entorno de su familia, entre ellos, el colegio de los sobrinos de la víctima, alumnos del centro Hijas de Cristo Rey de Oleiros. La página web de este centro publicó ayer un imagen del famoso Big Ben donde las agujas se cambiaban por un crespón negro. Y junto a él una leyenda: «Nuestro más profundo pesar y solidaridad. Hoy más que nunca lo sentimos desde aquí».

Precisamente uno de los sobrinos tenía previsto viajar a Londres con el colegio próximamente para completar los estudios en inglés en una estancia de inmersión lingüística, pero los trágicos sucesos han llevado a la familia a cancelar su presencia en el viaje.

Además de Betanzos, Sada es otra de las localidades más compungidas por la muerte de Aysha ya que aquí residen sus hermanas Silvia y Michelle.