Desconozco la calidad que sin duda debe tener en su trabajo como escuela infantil As Abelliñas, el centro para pequeños de Oleiros (A Coruña) que ha generado unos fotos inauditas. Madres y padres pasando la noche al raso desde la tarde anterior hasta las siete y media de la mañana que se abría la inscripción. Hasta esta foto, habitualmente era solo Gelo, el alcalde de Oleiros, el que conseguía que su municipio fuese citado en medio mundo.
Ahora, As Abelliñas le ha quitado al regidor la exclusiva. No sé si es buena o mala noticia que, como cuenta en su genial crónica mi compañero Toni Silva, esas colas no las haya generado un concierto de Shakira en la localidad costera. Un Piquetazo. Las escenas son consecuencia de la necesidad inmensa que las familias tienen de conciliar. A los políticos se les llena mucho la boca con las mejoras que hay en este terreno, pero luego lo que sucede es esto. El BNG señaló a Gelo y al déficit de guarderías públicas como origen de la estampa. Otros apuntan a que el abarrote de este año es consecuencia de que la Xunta de Rueda haya decretado la gratuidad de las guarderías en Galicia, precisamente para ayudar a la conciliación. Pagamos todos.
Es un coste cero por el que se han interesado desde la Generalitat. Viajaron a Galicia para conocer la iniciativa. Este apoyo para que los padres puedan dejar a sus pequeños en las guarderías provoca saturación en las más deseadas. Las que estaban desbordadas se desbordan el doble. En el caso que nos ocupa, las imágenes fueron tremendas. Horas y horas en la orilla del camino esperando el milagro. Oleiros, centro del mundo: ¿del primer mundo o del tercer mundo? Uno de los criterios es el orden de petición, de ahí esas esforzadas esperas.
Gelo, el alcalde, niega las acusaciones de que no hay suficientes plazas públicas. Lo que está claro es que a As Abelliñas, por su calidad o por su ubicación, quieren ir muchos más de las plazas con las que cuenta esta afamada guardería privada. Toni Silva recogió el testimonio de una madre que está en búsqueda activa de empleo y necesitaba el centro. A pesar de las horas con xeada, se ha quedado en lista de espera.
La gratuidad de la guarderías en Galicia hasta un límite de horas es universal, sin criterio de renta. Esta decisión que tanto bien ha hecho a muchas familias que antes ni podían soñar con enviar a sus hijos a una guardería no está a salvo de los misiles cruzados de las críticas. ¿Es justo que, como la ayuda de los céntimos que tuvimos a las gasolinas, la recibimos todos: el que está en el paro y el que cobra más de doscientos mil euros al año? Si los gobiernos no ayudan son unos canallas. Si lo hacen, también. Oleiros es uno de los municipios con las rentas más altas de Galicia.