La generación Z no cree en los oficios: ¿dónde están los futuros carpinteros, soldadores y fontaneros de A Coruña?

VIVIR A CORUÑA

ANGEL MANSO

Aunque España batió un récord de empleo en abril, infinidad de puestos se quedan a diario sin cubrir. Los jóvenes priorizan labores que permiten el teletrabajo y que ofrecen jornada continua

07 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Esa generación que hoy tiene entre 30 y 40 años carga con una espada de Damocles llamada «crisis del ladrillo». La gran recesión del 2008, que en España tuvo su impronta cañí gracias a la burbuja inmobiliaria, provocó que muchos de los jóvenes mejor preparados de la historia echasen a andar en la edad adulta sin demasiadas perspectivas laborales. Los datos del paro de los años siguientes hacían mella en unos chavales que veían que, de encontrar trabajo —en el 2013, de cada 100 jóvenes de entre 16 y 24 años, 56 estaban desempleados—, probablemente serían mileuristas, un término que apareció por primera vez en el diario El País en el 2005 y que en algunas profesiones no ha perdido vigencia.

El panorama es bien distinto, menos desolador, para los jóvenes que salen hoy al mercado laboral. Con un nuevo récord de empleo, solo en Galicia se generaron 225 puestos de trabajo diarios en el mes de abril. La generación Z (1997-2010) puede elegir a qué se quiere dedicar, y esto obliga a que «algunas empresas se tengan que vender al candidato, y no al revés», comentan desde la oficina de Adecco de A Coruña. Los esfuerzos de las compañías por captar carpinteros, soldadores, chapistas, mecánicos o fontaneros son, muchas veces, en balde. 

«En A Coruña, los oficios son los puestos con más oferta y que más cuesta cubrir. Esto se debe, fundamentalmente, a que no sale tanta gente de los ciclos formativos como hace veinte años, que las empresas quieren perfiles que sepan hacerlo todo desde el primer momento, y que suele ser gente que no usa los nuevos canales de búsqueda de empleo, como las plataformas online, donde hay muchas ofertas», indica Ana Sánchez, consultora de selección de personal de Adecco, que añade que «las empresas, para conseguir gente que quiera dedicarse a un oficio tiene que ofrecer mejores condiciones que lo que hay en el mercado, y muchas veces no lo hacen».

Paula Santos, directora de la delegación que la ETT Synergie tiene en A Coruña, también mantiene que «los puestos de soldador, carpintero o ebanista son los más difíciles de cubrir». Lo achaca a que las nuevas generaciones apenas muestran interés en estos empleos, «pese a que tienen buena remuneración y pese a que cada vez se ofrece más información en los institutos para que los chicos conozcan estas opciones». Según indica, la titulitis sigue estando presente, y «aún hay muchos padres que prefieren que sus hijos estudien una carrera, se sigue arrastrando esta idea y a veces profesiones con salarios muy decentes se quedan sin cubrir». 

El sueldo sigue siendo la variable que inclina la balanza a la hora de aceptar una oferta de empleo, pero como aseguran en Adecco, cada vez son más los jóvenes que se sienten atraídos por otro tipo de estímulos, imposibles de encontrar en algunas profesiones. «Se buscan empleos que permitan el teletrabajo, la conciliación laboral y que tengan jornada continua. Además, la generación Z prioriza un buen proyecto a corto plazo antes que un trabajo estable para toda la vida, y para ellos es importante que su sede esté cerca de casa». Por eso, apuntan, también quedan infinidad de vacantes sin cubrir en las empresas de montaje, que buscan perfiles con disponibilidad para viajar, y esta condición cada vez atrae a menos gente. Lo constata Santos: «La gente joven es más reticente a la hora de desplazarse, si tienen que moverse se lo piensan dos veces».

Por otro lado, esta profesional menciona esas tareas que años atrás realizaban estudiantes para sacarse un dinero, y que ahora apenas encuentran interesados. «Antes veíamos a mucha gente jovencita que compaginaba la carrera o las oposiciones con trabajos de atención al cliente, de promotores o de carga y descarga; ahora estos perfiles son residuales».

Hay un nicho muy concreto en A Coruña, revelan estas expertas, donde también la oferta supera a la demanda. «El sector logístico y de distribución aquí no deja de crecer, y hacen falta profesionales vinculados a las nuevas tecnologías pero también a la parte más tradicional». Así, cada vez hacen falta más conductores, camioneros y repartidores, pero también perfiles específicos que, muchas veces, se forman en la Facultade de Informática de la UDC. «La industria TIC aquí es potentísima, y salen puestos laborales para todo tipo de profesionales», puntualiza Santos.