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Hermosa y apocalíptica danza de verano

eduardo galán blanco

AGRICULTURA

El documental «Mucho más que miel» insiste en el fin de la humanidad ligado a la extinción del mundo apícola, amenazado por los insecticidas

18 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Antes de que el género documental se tuneara con alerones televisivos, al cine ya le interesaban las abejas. A Buñuel y a Carlos Velo, por ejemplo. A comienzos de los años treinta, el director de Cartelle hizo la primera tesis universitaria española presentada en cine, un estudio entomológico rodado en 16 mm sobre la vida en una colmena. Walon Green, guionista de Grupo salvaje, dirigió a comienzos de los setenta Los herederos de la tierra, fantaseando con la capacidad de supervivencia de los insectos en general y de los antófilos en particular.

Las abejas siempre fueron muy cinematográficas y le han servido al cine como metáfora del misterio de las relaciones humanas, desde La abeja reina, con la gran Joan Crawford luciendo su aguijón, hasta La vida secreta de las abejas. Sin olvidar a La abeja Maya, claro. Recientemente, se ha estrenado El país de las maravillas, una curiosa película que relaciona abejas, juventud y temor apocalíptico. Mucho más que miel insiste en el fin de la humanidad ligado a la extinción del mundo apícola, amenazado por los insecticidas.

Decir que este documental es mejor que el 90 % del cine que nos llega es quedarse corto. Aparentemente es como un reportaje de National Geographic. Pero únicamente en la superficie. Mucho más que miel, tal y como sugiere su título, nos da mucho más. De los Alpes a California, de la apicultura tradicional a la industrial, observamos la vida social, la tarea incesante, la danza continua de las abejas.

Desde hace un par de décadas los nuevos sistemas de filmación, las lentes hiperluminosas, las microcámaras o los octocópteros permiten grabar a los insectos de una manera hiperrealista. Con sus documentales de naturaleza, la BBC comenzó en los años noventa un camino de puro deslumbramiento. Y Mucho más que miel mezcla lo mejor de ese documental del asombro plástico y técnico con las relaciones metafóricas de las películas surrealistas. En ese sentido el comentario de la música de violín de Peter Scherer emerge como una obra maestra, dramática, sugerente y poderosa.

«Los americanos siempre tienen miedo de ser invadidos, por eso invaden antes», dice un apicultor tronado, cruzando el holocausto humano con el apícola. Y otro, citando a Einstein, asegura: «Cuatro años después de desaparecer las abejas, desaparecerá la raza humana».