«Galicia es especial para mí, aquí conocí a Ana y hasta hoy»

CULTURA

XOAN CARLOS GIL

Víctor Manuel retorna junto a Ana Belén a la ciudad en la que empezó su amor. Mañana inaugurarán las fiestas de A Coruña

31 jul 2015 . Actualizado a las 17:08 h.

Anda Víctor Manuel escribiendo sus memorias. Saldrán en la editorial Aguilar. En ellas tiene una importancia especial A Coruña, la ciudad en la que actuarán mañana (Plaza de María Pita, 22.30 horas, entrada libre). «Galicia sale muchísimo en el libro porque es muy especial para mí. En A Coruña conocí a Ana y hasta hoy», dice. Era 1971 y Víctor Manuel actuaba con Julio Iglesias en el Pabellón de los Deportes. Ana Belén lo hacía en el Teatro Rosalía de Castro. «Presentaba la obra Sabor a miel y una compañera de ella que yo ya conocía nos presentó», recuerda.

«Quedamos en que nos podíamos ver luego de noche -continúa-. Y fuimos al Playa Club. Nos llevó el empresario Nonito Pereira, gerente del local. Fuimos todos los músicos y actores. Recuerdo que tenían un pingüino allí». Ahí empezó un amor que dura hasta el presente. Un hecho de lo más normal. Sin embargo, siempre se resalta desde la prensa rosa. «Parece que en el mundo del espectáculo hay más perversiones, que la gente se separa más fácilmente. Pero no es así -reflexiona Víctor Manuel-. Yo creo que la clave de que estemos juntos es precisamente la provisionalidad; el que se porte mal se va a la calle. Y entonces andas derecho como una vela».

En sus memorias, Víctor Manuel también recoge otra anécdota coruñesa. «Yo maté a Nonito», rememora entre risas. Ocurrió en el 2004, en un recital en el Coliseo. Antes de tocar habían recibido una serie de mensajes extraños. El artista lo explica: «Una señora había estado llamando a nuestra oficina diciendo que era la viuda de Nonito Pereira. Nos pedía un trabajo para su hija. Y nosotros: ¿pero Nonito se ha muerto?».

Con esta mala sensación en el cuerpo subieron a tocar. «En medio del concierto hicimos un recuerdo, diciendo que siempre nos veíamos con él en A Coruña y que era una persona muy especial para nosotros. De pronto, se escuchó un alarido. ¡Estaba en la barra del bar y se presentó inmediatamente detrás del escenario!». ¿Se volverán a ver? «Seguro que vendrá al concierto y recordaremos los viejos tiempos», afirma.

Revisando temas ajenos

El concierto de mañana se enmarca en la gira de presentación de Canciones regaladas, un disco en el que revisan muchas de las grandes canciones de la historia de la música popular. No se cortaron nada. Fueron a por clásicos tan intocables como el Hallelujah de Leonard Cohen. «Ha sido sin duda la más dificultosa a la hora de adaptarla, por esa cosa poética que tiene Cohen y que, al tiempo, es tan inmaterial. Si lo haces a lo bruto o lo traduces literalmente no tiene ni pies ni cabeza», dice. Ana y él tuvieron contacto con Cohen porque «es muy seguidor de Lorca».

«'La Puerta de Alcalá' fue un regalo que nos marcó para siempre»

Es instantáneo. Se menciona a Víctor y Ana y empieza a sonar La Puerta de Alcalá. La pieza, original del grupo Suburbano, los hizo célebres. Muchos padres en los ochenta la escuchaban en el coche. Sus hijos la hacían propia. «No sé explicar su éxito -dice-. Podría decir que en España la puerta de Alcalá es un monumento muy famoso, pero es que en México también funciona. Es una canción extraordinaria que tiene un estribillo arrebatador. Fue un regalo que nos hicieron a nosotros, que pasábamos por allí, y nos marcó para siempre». Otra imagen que acude es el anuncio la plataforma de apoyo a ZP. ¿Un estigma o un motivo de orgullo? «Si volviese a vivir aquellas circunstancias lo volvería a hacer. Me creí el paquete completo de Zapatero. Luego ya hizo cosas que no nos gustaron y así lo dijimos», concluye.