Sombra y nebulosa

Rubén Freire

CULTURA

Relato de verán de Rubén Freire, 43 años. Vigo.

02 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Altiva y desafiante como ese ladrón que a plena luz del día te asalta en medio de la calle sin miedo a ser descubierto. Rastrera, cobarde, fría y calculadora como las ratas que se arrastran por las cloacas.

Sigilosa y sutil reptando como la más letal de las serpientes, me has clavado tus colmillos inoculándome tu veneno. Tu sorpresivo ataque logró desconcertarme en un primer momento.

Sin embargo, ahora que he visto tu traidora faz y que finalmente te tengo frente a mí, ya no te temo. Jamás me he enfrentado a tan cruel y despiadada contrincante. Te muestras extremadamente avariciosa e insaciable. No te conformas con poco, lo deseas todo. Lo tuyo es un todo o nada.

No solo quieres arrebatarme la salud, sino que también ansías convertirme en una sombra despojándome de mis recuerdos y vivencias. Pretendes convertir mi vida en una simple evocación, en una ilusión diluida en el tiempo.

¡Pues ven a por ellos, rastrera hija de perra! Pero deja a un lado tu cobardía y hazlo cara a cara, enfrentándome, mostrando gallardía por una vez y no de la manera en la que te has presentado. Eso sí, te aseguro que no me encontrarás cruzado de brazos. Presentaré dura batalla. Mas cuando llegue el postrer momento y vengas de la mano de tu inseparable compañera, esa que tampoco avisa de su llegada y que, como tú, embiste por la espalda para robarme mi último aliento, mírame fijamente a los ojos. En ellos verás que todos tus esfuerzos habrán sido baldíos, que tu crueldad y vileza no te habrán servido de nada.

Muy a tu pesar te habré vencido, aunque estés convencida de lo contrario. Porque aún cuando mi cuerpo yazca con vida pero carente de ella, aún cuando tu putrefacta y espesa nebulosa se haya apoderado de mi existencia, aún cuando pienses que te has apropiado de todo mi ser, seguiré siendo feliz porque cada mañana la vida me premiará con el amor de todos los que me quieren. Y eso, entérate bien, ¡eso jamás me lo podrás arrebatar!