Fallece la escritora argentina de origen gallego María Esther Vázquez, que trajo a Borges a Santiago

s. f. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Fue la responsable, con solo 23 años, de que el escritor argentino viajase a Santiago en 1964 y visitase la casa de Ramón Piñeiro

27 mar 2017 . Actualizado a las 11:10 h.

María Esther Vázquez (Buenos Aires, 1937), maestra del cuento y biógrafa de Borges, falleció el sábado como consecuencia de una hemorragia cerebral. De origen gallego, su madre era de Vilanova de Arousa y su padre de Cambados, fue la responsable, con solo 23 años, de que el escritor argentino viajase a Santiago en 1964 y visitase la casa de Ramón Piñeiro. «Lo llevé a Borges a Santiago de Compostela porque él no podía morirse sin conocer ese lugar», llegó a manifestar Vázquez, quien sobre el encuentro de Piñeiro y el autor argentino desveló algunos detalles, como la discusión que al parecer tuvieron los dos eruditos por unas inscripciones en griego.

A Jorge Luis Borges lo conoció en 1957, cuando Vázquez empezó a trabajar en el Departamento de Extensión Cultural de la Biblioteca Nacional, y enseguida entablaron una estrecha amistad que le permitió no solo viajar, y mantener numerosas conversaciones -con Borges, fanático del cine, vio, según ella misma contó, Psicosis 28 veces- sino también escribir con él. María Esther Vázquez es autora con el creador argentino de dos importantes ensayos: Introducción a la literatura inglesa y Literaturas germánicas medievales. Resultado de toda esa intensa relación (algunos familiares pensaron que se casarían), Vázquez publicó en 1996 la biografía Borges. Esplendor y derrota, con la que ganó el premio Comillas, y en la que retrata notablemente al grupo de sus íntimos: Bioy Casares, Silvina Ocampo, Manuel Peyrou...

Autora de varios libros de cuentos, entre los que destacan Los nombres de la muerte y Desde la niebla, María Esther Vázquez destacó el gran peso de Galicia en su obra. «Casi todos mis cuentos son gallegos», llegó a decir quien siempre oyó este idioma en casa y leyó desde pequeña a Cunqueiro y a Valle-Inclán. A Galicia viajó en varias ocasiones y fue homenajeada con el premio Rosalía de Castro del PEN Club, que recibió en el Pazo de Fonseca, en Santiago. En este último viaje, en el 2012, encontró una «Galicia divina y espléndida» que la reconoció como la cuentista y gran protagonista de una época que fue.