Un I+D del ilusionismo

CULTURA

Ana Garcia

El vigués Cayetano Lledó regresa del festival suizo de Baden con un premio bajo la chistera por su original renovación de números clásicos de magia cómica

01 jun 2017 . Actualizado a las 09:37 h.

Todos hemos visto a un mago haciendo aparecer, sin mayor esfuerzo, los objetos más inverosímiles de entre sus manos, de las entretelas de su frac, del interior de su chistera. ¿Pero qué pasaría si cobrasen vida y el ilusionista no fuese capaz de controlarlos? Con esta propuesta el vigués Cayetano Lledó acaba de regresar del Baden Magisch Internationales Festival der Magie con el segundo premio, otorgado por un jurado compuesto por varios de los directivos de la FISM, Federación Internacional de Sociedades Mágicas. De entre las decenas de aspirantes que se presentaron desde todo el mundo, solo veinte fueron los elegidos para la fase final del certamen en la ciudad suiza, en la que se proclamó ganadora Hannah, una japonesa de tan solo 16 años.

Lledó convenció con el humor sutil de su mago clásico, con frac y chistera, que empieza su espectáculo haciendo brotar cigarrillos de sus manos. Pero muy pronto la magia se descontrola y el ilusionista se ve incapaz de detener el torrente de tabaco que no cesa de manar por sus dedos. Incluso el metrónomo que marca el ritmo del número sobre una mesa desaparece y aparece entre sus manos una y otra vez, entorpeciendo cada uno de sus intentos por encauzar de nuevo la función. Salvo por la cascada de cigarros, es un planteamiento minimalista: solo se oye el tic-tac del metrónomo, al que se sobreponen las exclamaciones y las risas del público a medida que disfrutan más y más con las desventuras del prestidigitador.

«La aceptación del público fue buenísima», confirma Lledó, quien luego consolidó sus impresiones con el vicepresidente francés de la FISM, miembro del jurado: «Me dijo que el personaje era lo que le había encantado, esa forma de hacer reír y la complicidad cómica que se establecía gracias a darle una vuelta a números clásicos». 

Conectar con el público

Curtido en mil escenarios y congresos -en el 2015, por ejemplo, se proclamó campeón en Francia y en Almusafes-, Lledó sabe por experiencia lo difícil que es conectar con el público, en este caso con una notable presencia de especialistas y personalidades del gremio. Y, a pesar del lenguaje universal del ilusionismo -palomas, aros, naipes-, también pesan las diferencias culturales. El mago gallego lo comprobó cuando uno de sus números, en el que se sacaba platos de comida de la nada, no tuvo el efecto esperado. «Terminaba con la comida por el suelo del escenario y los franceses me dijeron que no les había gustado nada. En Japón, que deben de ser los franceses de Asia, tampoco agradó», explica.

Así que en buena medida el éxito es resultado de un proceso de ensayo y error, la creatividad y el esfuerzo. Lledó cultiva un I-D que lo lleva a desarrollar sus propias soluciones: primero se le ocurre un truco y luego piensa en qué necesita para ejecutarlo. Por ejemplo, para su espectáculo gastronómico hacía aparecer un perrito caliente de un chorro de mayonesa, todo un reto técnico. «Con los años vas acumulando un bagaje teórico y práctico que te sirve a la hora de idear estas soluciones. Estás pensando constantemente en qué podrías basarte para un nuevo truco y cómo desarrollarlo», detalla. Pese a la idea de competitividad que movía una película como El prestigio, en el oficio también se comparte: «El problema de los magos es que lo nuestro es el secreto y el ocultamiento. Yo no puedo quedar con mis amigos a tomar unas cañas y hablar de magia, tengo que hacerlo con los colegas».

La tercera pata, el esfuerzo, también se cobra sus peajes en forma de ensayos maratonianos: «Prepararme para este congreso supuso varias semanas de ensayos diarios de catorce horas». Para vencer en Almusafes acabó sufriendo «infiltraciones en el codo». Las manos del prestidigitador son las que más padecen: «Tuve tendinitis en los extensores de los dedos. Cuando conseguí corregirlos, el problema pasó a los flexores».

Baden ya ha situado a Lledó en el camino a nuevos congresos. El más importante se celebra el próximo año en Corea: el mundial de los magos.