Mítico actor que apareció en más de 120 películas y más de 250 trabajos en televisión, murió de un infarto a solo tres días de cumplir los 89 años; encarnó al despreciable y repugnante investigador privado Loren Visser en la película «Sangre fácil» (1984)
21 mar 2024 . Actualizado a las 20:40 h.El intérprete estadounidense Michael Emmet Walsh (Ogdensburg, Nueva York, 1935-St. Albans, Vermont, 2024), mítico actor que apareció en más de 120 películas y más de 250 trabajos en televisión, murió este martes de un infarto a solo tres días de cumplir los 89 años, según informó su mánager, Sandy Joseph. «El poeta de la sordidez», como lo motejó el crítico de cine Roger Ebert, experimentó un salto en su carrera como actor de reparto tras encarnar al despreciable y repugnante detective privado Loren Visser en la película Sangre fácil (1984), que, por cierto, supuso el brillantísimo debut de los hermanos Coen. Por supuesto, su presencia en el filme —que le granjeó su único premio individual, al mejor actor en los Independent Spirit Awards de 1986— algo tuvo que ver con su papel del capitán Harry Bryant en la cinta de Ridley Scott Blade Runner (1982). Ambos largometrajes son hoy obras de culto.
Walsh —que se inició en el teatro y tuvo una prolífica carrera de seis decenios— debutó en la gran pantalla en la alocada comedia de Arthur Penn El restaurante de Alicia (1969), donde ya dio vida a un agente de policía, perfil que le caía como un guante. Trabajó con grandes estrellas como Paul Newman, Dustin Hoffman, Julia Roberts, Diane Keaton, Whoopi Goldberg, Steve Martin, Warren Beatty, Jack Nicholson, Harrison Ford y Daniel Craig en filmes como Cowboy de medianoche (1969), Pequeño gran hombre (1970), Esta tierra es mi tierra (1976), Libertad condicional (1978), Un loco anda suelto (1979), Gente corriente (1980), Rojos (1981), Critters (1986), La boda de mi mejor amigo (1997), Al caer el sol (1998) y recientemente Puñales por la espalda (2019) y Outlaw Posse (2024).
«Enfoco cada trabajo pensando que puede ser el último, así que más vale que sea el mejor. Quiero ser recordado como un actor trabajador. Me pagan por lo que haría a cambio de nada», confesaba el inolvidable actor de ascendencia irlandesa. El citado Ebert creó la regla Stanton-Walsh, que decía que ninguna película que incluyera a Harry Dean Stanton o M. Emmet Walsh en su elenco puede ser absolutamente mala.