Aires de cambio

José M. Fernández

DEPORTES

17 abr 2014 . Actualizado a las 06:00 h.

Un triunfo amortizado. Un premio menor que deja malherido al derrotado, pero que tampoco engrandece a un Madrid al que aún le quedan un par de exámenes finales. El Barcelona otea -tiene ya encima- el final de una época maravillosa, de una generación excelsa que no ni es ajena al paso del tiempo ni, por lo visto, a una cierta rutina. Más lento de lo habitual, previsible y sin chispa, el conjunto catalán fue incapaz de sobreponerse a un rival que conservaba en la retina el último tropiezo culé, en el Calderón. Eso sí, el Madrid defendió más por acumulación que por trabajo táctico. Incluso sin Cristiano Ronaldo, tienen los blancos argumentos ofensivos para hacerle daño a una zaga desgajada por el paso del tiempo, las ausencias y la falta de previsión. Tiempos de cambio.