El Bayern de Múnich y Guardiola regresan a la Liga de Campeones con más cautela que ambición

Dpa

DEPORTES

MICHAEL DALDER

Las bajas con las que cuenta el equipo alemán hacen que el técnico se conforme con sobrevivir hasta las eliminatorias de febrero

17 sep 2014 . Actualizado a las 16:02 h.

Después de sufrir la peor derrota de su carrera como técnico hace 141 días, Josep Guardiola regresa mañana a la Liga de Campeones descartando al Bayern de Múnich como uno de los favoritos. Al menos, hasta que termine la fase de grupos. «Necesitamos tiempo. Estoy seguro de que hasta la pausa de invierno tendremos problemas», señaló el técnico español en varias ocasiones en el inicio de la nueva temporada.

Aquel doloroso 4-0 en Múnich ante el Real Madrid en la vuelta de las semifinales de la Champions supuso la derrota más cruel para Guardiola como entrenador. Y en la cabeza del español hay ahora un puzzle casi igual de indescifrable que aquella noche del 29 de abril. Las numerosas e importantes bajas que arrastra el Bayern de Múnich marcan la vuelta de Guardiola a la máxima competición europea, en la que el campeón alemán debutará mañana en casa ante el Manchester City del chileno Manuel Pellegrini.

Guardiola admite tener demasiadas preocupaciones como para poder asumir el papel de favorito, ya no para este partido, sino para la fase inicial de la competición. En otras palabras, el técnico se conforma apenas con sobrevivir hasta que la Liga de Campeones llegue en febrero a las eliminatorias. De momento no ambiciona nada más el técnico del Bayern de Múnich, que, a día de hoy, revisa las bajas capitales que arrastra su equipo en todas las líneas: Javi Martínez y Holger Badstuber en defensa, Bastian Schweinsteiger y Thiago Alcántara en el mediocampo y Franck Ribery en el ataque. Arjen Robben, que estaba prácticamente descartado, superó hoy unos problemas de rodilla, pero Ribery se unió de forma inesperada a la lista de bajas. «Arjen está aquí y Franck, en casa», dijo Guardiola.

No descolgarse del grupo puntero en la Bundesliga -el Bayern es colíder con siete puntos en tres jornadas junto al Bayer Leverkusen- y clasificarse como primero o segundo de grupo en la Liga de Campeones para octavos de final, poco más pretende Guardiola actualmente. Pensar en el máximo título europeo queda muy lejos cuando hoy apenas sabe cómo afrontar con éxito el partido ante el Manchester City.

Los planes de Guardiola se rompieron por el eje de la defensa tras las lesiones de larga duración del internacional español Javi Martínez, operado por una rotura de ligamentos cruzados en la rodilla izquierda, y del alemán Holger Badstuber, pendiente de quirófano tras romperse un tendón del muslo izquierdo el pasado sábado. Coincide que el lateral brasileño Rafinha está a la espera de que le den el alta médica tras más de un mes de baja por una lesión en el tobillo izquierdo.

La presencia de Rafinha, uno de los jugadores más utilizados por Guardiola la temporada pasada, aliviaría enormemente al técnico, ya que le permitiría recolocar al capitán Philipp Lahm en la posición en la que le considera idóneo: de mediocentro. Allá formaría una sólida pareja de volantes con el español Xabi Alonso, que precisamente vivió desde el lado ganador aquel 0-4 infligido por el Real Madrid al Bayern.

«La peor cagada que he hecho nunca como entrenador», definió Guardiola aquel partido en el libro de reciente edición Herr Pep, escrito por el periodista español Martí Perarnau. No queda visible un poso de trauma hoy por ese motivo en Guardiola.

Si tiene una obsesión el técnico es la de jugar al fútbol con posesión. Y el español admite ahora que no puede sacarle el máximo rendimiento a una plantilla mermada por las bajas y por la corta preparación de pretemporada que pudieron llevar a cabo sus seis campeones del mundo en Brasil.

Guardiola piensa hoy a corto plazo. Si consigue llegar a la fase de eliminatorias ya recuperará toda su ambición. Al fin y al cabo, el entrenador español alcanzó cinco semifinales en cinco participaciones en la Liga de Campeones. «Necesitamos tiempo para mejorar», insistió Guardiola. El Manchester City mañana no se lo querrá dar.