Fernando Alonso y el «síndrome del segundo impacto»

Colpisa

DEPORTES

LLUIS GENE | Afp

Un deportista que sufre una contusión cerebral leve puede padecer dolores de cabeza, náuseas, una ligera amnesia o incluso una afasia

05 mar 2015 . Actualizado a las 12:49 h.

El misterioso accidente que Fernando Alonso sufrió en Montmeló durante los últimos tests de la pretemporada ha apartado al piloto asturiano de la primera carrera del Mundial de fórmula 1 del 2015. Pero también ha puesto en primer plano el «síndrome del segundo impacto», que identifica las contusiones cerebrales asociadas a los accidentes, y que justifica que, aunque los médicos encuentren perfectamente sano a Alonso, le recomienden unos días más de reposo.

El «síndrome del segundo impacto» es una de las lesiones más temidas y habituales en los deportes de contacto, como el rugbi. Un deportista que sufre una contusión cerebral leve puede padecer dolores de cabeza, náuseas, una ligera amnesia o incluso una afasia, como la de hablar en otro idioma que no sea el materno. Estos síntomas -que no se dan normalmente a la vez- suelen desaparecer con el tiempo, y las pruebas pueden resultar totalmente normales.

Sin embargo, si ese mismo deportista poco tiempo después sufre otro golpe en la cabeza, aunque sea de menor intensidad que el anterior, puede acabar con una lesión cerebral irreversible e incluso fallecer. El motivo: el cerebro puede llegar a herniarse y el paciente puede morir en cuestión de minutos. El protocolo médico establece un mes de descanso y reposo absoluto para que el afectado recupere la normalidad absoluta, su cerebro se recupere del golpe de manera natural y pueda seguir llevando una vida sin problemas.

Desde hace unos años, los médicos son especialmente cuidadosos en casos de este tipo. Pau Gasol, por ejemplo, se quedó sin jugar durante once días en el 2013 tras recibir un codazo de JaVale McGee porque sufría dolores de cabeza y mareos. Los médicos de la NBA le prohibieron no sólo jugar, sino incluso recibir cualquier tipo de estímulo fuerte: ni siquiera podía ver la televisión o estar delante del ordenador.

Este tipo de sucesos no son nada ajenos en el mundo del automovilismoHace dos temporadas, en la Nascar, Dale Earnhart Jr. sufrió un accidente durante unos test en el circuito de Kansas, que le provocó una conmoción. No obstante y, pese a que fue el más duro de su carrera según sus propias palabras, siguió compitiendo. Al mes siguiente, en Talladega, tuvo otro accidente fortísimo (lo que en Estados Unidos se conoce como un Big One), lo que le provocó una gran desorientación y tuvo que estar bajo una fuerte vigilancia médica que le hizo perderse dos pruebas del conocido campeonato estadounidense. Desde entonces, la Nascar ordenó que todos los pilotos pasaran unos test neurocognitivos antes del arranque de la temporada como parte de la prevención de las consecuencias de una conmoción