Los técnicos de la Federación homologan las pistas del Centro de Tecnificación de Pontevedra

manu otero PONTEVEDRA / LA VOZ

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La pista de atletismo del Centro Galego de Tecnificación Deportiva es apta para la actividad física y para la homologación de las marcas que se obtengan en ella

01 dic 2015 . Actualizado a las 16:42 h.

La pista de atletismo del Centro Galego de Tecnificación Deportiva es apta para la actividad física y para la homologación de las marcas que se obtengan en ella. Así lo contempla el certificado emitido ayer por la Real Federación Española de Atletismo que da carpetazo a las dudas que pesaban sobre el nuevo pavimento del circuito que presenta una serie de ondulaciones en dos de sus calles.

Fueron los atletas los que alzaron la voz, tras la finalización de las obras y la instalación del nuevo tartán, para advertir de la presencia de baches en las calles 7 y 8 de la recta de los 100 metros. A mediados del pasado mes de octubre, tres jueces de la Federación se presentaron en Pontevedra para inspeccionar la nueva pista. Durante una jornada completa, los tres inspectores realizaron medidas de todos los rincones del circuito y un estudio topográfico del mismo para asegurarse de que el nuevo recorrido cumplía la normativa, que «no puede tener una inclinación mayor al 1 por mil», recordó el director del CGTD, Julio Ventín.

Un mes más tarde y tras la corrección de una serie de deficiencias que no incluían la reparación de las ondulaciones, la Federación emitió su veredicto: «la instalación reúne las condiciones reglamentarias para la práctica del atletismo», recoge el certificado de homologación entregado ayer a la Secretaría Xeral para o Deporte.

Con este sello, ya no hay impedimentos para que la Xunta recepcione la obra, habían asegurado que no lo harían hasta que la instalación estuviese homologada, y los atletas puedan hacer uso de estas instalaciones para preparar, muchos de ellos, su asalto a los Juegos Olímpicos que se disputan el próximo verano en Río.

En la reparación de esta infraestructura, cuya homologación cuenta con una duración de una década, se invirtieron más de 300.000 euros.