Rafa Nadal roza la perfección

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

MIGUEL MEDINA | AFP

Tenis Paseo del español en su debut en París con solo tres errores no forzados, algo inédito en sus casi mil partidos como profesional

25 may 2016 . Actualizado a las 11:48 h.

Por un momento, Roland Garros regresó ayer con Nadal al 2005. Derechas ganadoras, garra, viveza de piernas, fiabilidad, efectos... El nueve veces campeón en París desarboló al australiano Sam Groth con la regularidad de sus mejores días, aunque sin rastro de épica. Una paliza incontestable en una hora y veinte minutos hasta aplastarle por 6-1, 6-1 y 6-1. Uno de sus triunfos más contundentes en el Bois de Boulogne. Con un dato que lleva la rúbrica de los elegidos. Cometió tan solo tres errores no forzados en todo el partido. Menos que nunca, algo inédito en sus casi mil partidos como profesional. Un detalle capital cuando se compite en tierra batida, la superficie que más premia la fiabilidad. El rival era propicio, el número 100 del ránking, un jugador sin apenas recorrido en Roland Garros, un sacador cuyo cañón se ralentiza ligeramente en arcilla. Pero el papel del mallorquín refuerza una confianza que ya fue en aumento a lo largo de los últimos meses. Mañana se medirá con el argentino Facundo Bagnis, que superó al francés Kenny de Schepper por 6-0, 6-2 y 7-6 (7).

25 golpes ganadores

Nadal igualó su mejor arranque en París, que había conseguido en el 2014 con un triunfo ante el estadounidense Robby Ginepri por 6-0, 6-3 y 6-0. Jugó con margen, y sus tres errores no forzados contrastaron con sus 25 golpes ganadores. Es decir, no se limitó a pasar bolas. Un balance nunca visto en sus 963 partidos como profesional. Groth se fue rindiendo punto a punto, con hasta 28 errores no forzados a lo largo del partido por solo 18 winners.

Marca parecida contra Isner

Nadal, en la tierra de Madrid, firmó en el 2015 otro partido con un balance asombroso cuando derrotó a John Isner por un doble 6-4 con solo cuatro errores no forzados, todos correspondientes a dobles faltas. Entonces, el partido, al mejor de tres sets, también hacía más sencillo el registro.

Los rivales, por encima

El dato del estreno de Nadal adquiere más relevancia si se compara con el del arranque de otros favoritos en Roland Garros. La gran mayoría vencieron en tres sets con otro balance muy diferente. Djokovic ganó al taiwanés Yen-Hsun Lu con 35 ganadores y 22 errores no forzados. Jo-Wilfried Tsonga arrojó números de 27/33 en su estreno frente al alemán Jan-Lennard Struff. Tomas Berdych superó al canadiense Vasek Pospisil con 27/15. Kei Nishikori batió al italiano Simone Bolelli con 30/17. Y Milos Raonic derrotó al serbio Janko Tipsarevic con 41/28. Hasta las cinco mangas se marchó el partido del escocés Andy Murray. En su triunfo sobre el checo Radek Stepanek completó un registro de 39/34.

No existió partido

Nada que ver con Rafa Nadal. Nunca fue capaz su rival australiano de aguantar el tremendo ritmo del tenista español. Todo demasiado rápido, todo demasiado simple, todo demasiado frío, como la mañana en París. Así era el mallorquín en sus mejores días ante rivales de ese calibre, y así asoma en el arranque hacia lo que puede ser el décimo Roland Garros.

Homenaje a Vilas

Nadal, que hace unas semanas batía el récord de títulos de Guillermo Vilas sobre tierra batida, tuvo la tranquilidad para recrearse con el golpe que popularizó el argentino, de espaldas a la pista y por el medio de las piernas. Y ganó el punto, disculpándose.

Un cañonero empequeñecido

No era el día de Groth, ni siquiera al servicio desde sus 193 centímetros de altura. El cañonero de los 263 kilómetros por hora (así sacó en mayo del 2012 en un torneo challenge en Busan, Corea del Sur) veía como el mallorquín rompía su servicio con toda facilidad. Sin errores no forzados. Juego tras juego. Rozando la matrícula de honor para soñar con el décimo título en la tierra de Roland Garros.

El mallorquín celebra que apenas se desgastó

«El partido ha ido rápido pero podía no haber ido tan rápido. Por suerte, enseguida he roto el saque del rival en cada set y eso te da tranquilidad. Y para él supone un bajón grande», resumió Nadal tras el triunfo ante Groth.

La plácida victoria evita el desgaste de Nadal de cara a un campeonato exigente, con seis partidos a cinco sets para alcanzar la final. «Bienvenida sea. Estoy en segunda ronda, que es lo que cuenta en torneos así. No me he desgastado en pista y no es que no venga de no jugar partidos, vengo muy rodado en la temporada de tierra», explicó el nueve veces ganador del torneo.