Alvariño cumple en Teixido

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS FERROL / LA VOZ

DEPORTES

JOSÉ PARDO

El arquero realiza su ofrenda a San Andrés antes de viajar a Brasil, como siempre antes de un torneo

28 jul 2016 . Actualizado a las 11:12 h.

A primera hora, en San Andrés de Teixido, junto a los acantilados más sobrecogedores de Europa, apenas hay trajín de turistas. La capilla permanece cerrada cuando llega el arquero Miguel Alvariño, con su madre y su novia. Como siempre hace antes de una competición, quiere realizar una ofrenda al santo. Una vela y una flecha, sobre la que se lee la inscripción: «Gracias. Miguel Alvariño. Río 2016». Al no poder entrar esta vez en la iglesia, cumplirá luego el gesto por él una señora que atiende un puesto en la bajada a la capilla.

-A ver si tenemos suerte (le indica la madre del deportista).

-Seguro. En un buen día, puedo ganar los Juegos (añade Alvariño, ya a los pies de la iglesia)

Emocionada, la señora que sostiene su vela y su flecha, le regala una pequeña figura de San Andrés que Alvariño coloca en su cadena de plata colgada al cuello.

«Vengo porque soy religioso y tengo fe», explica el arquero, que empezó a ir a Teixido con su familia de crío. Y repite visita y ofrenda cada vez que se acerca una competición. Cuando abandona la zona de la iglesia, y sobre el silencio que dará paso luego a la cháchara de los excursionistas, se le escucha saludar a los responsables de los puestos. Algunos lo conocen de otras visitas. «Ya verás, San Andresiño te va a ayudar»

Esta vez Alvariño, de 22 años, madrugó y a las 9 ya estaba en Teixido. En el santuario se encuentran otras de las coordinadas vitales de un arquero muy apegado a su tierra. A su club de As Pontes, el Sílex, donde lleva toda la vida entrenando casi en soledad, junto al único profesor que ajusta su técnica, Manolo Buitrón. A su casa de Pena de Eiriz. A sus estudios de Electromecánica de Formación Profesional, que completó este año en Ferrol pese a los torneos que le llevaron por medio mundo, con viajes equivalentes a dos vueltas al globo.

Madrugó esta vez Alvariño porque tenía un día ajetreado para dejar todo listo antes de irse a Brasil. También la visita al santo. Luego debía ajustar su arco, entrenar, machacarse en el gimnasio, acudir a una recepción en el Concello de As Pontes y preparar las maletas. Hoy se va a Madrid, donde entrenará un par de días concentrado con el resto del equipo español de tiro con arco antes de volar a Río con la primera gran expedición de deportistas españoles que se desplazan ya para participar en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Alvariño debutará el viernes día 5 por la mañana, el mismo día de la ceremonia de apertura de los Juegos. «Estoy recuperando un poco las sensaciones. Hasta el día que compita, se trata de eso», explica sobre una rutina espartana de entrenamiento. Flecha a flecha. Proyectiles que vuelan a 207 kilómetros por hora. A Teixido, seguro, ya no volverá de muerto, pues fue de vivo.