«Veía pasar el balón a mi lado, pero no era capaz de moverme»

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

DEPORTES

CARMELA QUEIJEIRO

El boirista se recupera en casa del neumotórax que sufrió tras un duro choque contra el portero de la Ponferradina

28 sep 2016 . Actualizado a las 08:48 h.

Fue tras un centro lateral cuando Rubén Rivera cayó dolorido sobre el césped de Barraña. Perdía el Boiro ante la Ponferradina por 0-1 y el capitán se lanzó a peinar el balón buscando el empate. En ese instante, el portero rival, Olmedo, chocó contra él con dureza, terminando ambos en el suelo, además de otro zaguero berciano. Pasaba el minuto 90, pero el coruñés quiso seguir hasta que el árbitro pitase el final. «Veía pasar el balón a mi lado, pero no era capaz de moverme», recuerda el punta.

En cuanto escuchó el silbato enfiló el camino de los vestuarios. «No sentía un dolor concreto, pero sí un malestar general», afirma. El doctor del club, Jesús Marque, fue el primero en explorarlo. Al instante decidió llamar a la ambulancia y enviarlo al Hospital de Barbanza. «Lo pasé mal durante el camino, empecé a sentir un punto de dolor muy intenso en el costado».

Después de que le realizasen varias placas, los profesionales del centro dieron con el problema, el golpe había derivado en un neumotórax, dolencia que consiste en la presencia de aire externo en la cavidad de la pleura que recubre el pulmón, lo que impide respirar con normalidad.

El primer momento

«Al principio me preocupé, pero me calmé en cuanto me explicaron en qué consistía. Es una lesión que suele ser común y que no deja secuelas si se recupera con cuidado», asegura Rivera una semana después del incidente.

Tras cinco días ingresado, volvió a casa para seguir con la recuperación. «Hasta el miércoles tengo que estar parado, es el día en que me quitan los puntos del corte que me hicieron para extraer el aire», apunta.

El futbolista asegura que todavía tiene el horario cambiado y que esta ha sido una semana atípica: «Pasó todo muy rápido».

Rivera quiere acercarse esta misma semana por Boiro para empezar a entrenar, «aunque sea para hacer bicicleta, lo mínimo, pero necesito sentirme útil y estar en el día a día con el grupo».

A pesar de que los galones de capitán de la plantilla le tiran para dar ejemplo y regresar, confiesa que seguirá las pautas que le marquen los médicos: «No son cosas con las que se puede bromear, no es una lesión muscular típica. Me guiaré por el doctor y, en función de las sensaciones, iremos mirando. Lo importante es recuperarse».

Baja sensible

En el Boiro todos anteponen la salud del herculino a tenerlo cuando antes sobre el césped. «Es un líder dentro del vestuario y lo echamos y echaremos de menos, pero queremos que vuelva de la mejor forma posible. Hay que darle tiempo para tenerlo con nosotros», sentenció el técnico boirista, Fredi Álvarez, que pierde a uno de los jugadores con más garra e intensidad que tiene en la plantilla.

El director deportivo del club de Barraña, Sito Pérez, concuerda al cien por cien con las palabras del entrenador: «No hay que ponerse plazos, lo único que nos preocupa es que Rubén se recupere de la mejor manera posible. Nos llevamos un susto muy grande. Es un gran chaval y volverá con las mismas fuerzas de siempre».

Las redes sociales fueron una vorágine de mensajes de apoyo. Entre ellos, los enviados por los aficionados que acuden religiosamente a Barraña, y que ovacionarán al capitán cuando pueda volver a vestirse de corto.