La NBA se rinde a tres portentos

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AL BELLO | Afp

Embiid, Porzingis y Antetokounmpo asombran con su talento e insólita capacidad atlética

06 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En una NBA dominada por el hip hop y la pose de tipo duro, se han puesto de moda los unicornios. El mitológico caballo con cuerno siempre relacionado con una iconografía naïf e infantil es el animal que todos quieren tener, de tan excepcional y bello. Así es como se ha pasado a designar a Kristaps Porzingis, el letón que ha conquistado el muy necesitado de cariño público de los New York Knicks. Y por extensión, a los otros dos fenómenos que, junto al ex del Baloncesto Sevilla, están llamados a protagonizar la NBA la próxima década. Al igual que Porzingis, Joel Embiid y Giannis Antetokounmpo poseen un talento excepcional, combinado con unas capacidades atléticas que desafían a la lógica.

Siete años jugando

De los tres, Embiid es el que más asusta. El pívot camerunés (2,13 metros, 22 años) se pasó sus dos primeras temporadas sin jugar por lesión, tras ser elegido por los Philadelphia Sixers como la pieza que diera sentido a un plan estratégico para perder cientos de partidos a lo largo de varios años para recoger los frutos en el draft. Hasta su debut esta temporada, los partidos de baloncesto organizado en los que Embiid había participado podían contarse por decenas. Pero bastaron unos pocos minutos para ver en él trazos del juego de pies y suave tiro en suspensión de Hakeem Olajuwon, y la confianza, exuberancia física y extroversión de Shaquille O’Neal. Limitado a 28 minutos por partido para prevenir nuevas lesiones en sus pies, Embiid promedia 20,2 puntos, 7,8 rebotes y 2,4 tapones por encuentro. Es capaz de tirar de tres y de botar con una facilidad inusitada para alguien de su tamaño y que se inició en el baloncesto a los 15 años.

John Geliebter | Reuters

La redefinición del base

¿Puede un base taponar en una zona, salir al contragolpe y en apenas tres zancadas desde la línea de tres hacer un mate en la zona contraria? Si tu base es Giannis Antetokounmpo, sí. El fenómeno griego de origen nigeriano está en su cuarta temporada en la NBA, a sus 22 años, ha crecido hasta los 2,10 metros y sigue mejorando su juego. Los Milwaukee Bucks le han dado las llaves del equipo, y los números cantan. Con una sensible mejoría en el tiro, promedia 23 puntos, casi 9 rebotes y 5 asistencias por noche, además de 2 tapones. Su capacidad para dirigir el juego, con su juventud y su insultante capacidad atlética, da una vuelta de tuerca a la impresión que causó por primera vez ver a Magic Johnson (un cuerpo diseñado como ala-pívot) ser el base de su equipo. Antetokounmpo será titular en el Partido de las Estrellas del próximo fin de semana, y es el candidato número uno a jugador más mejorado del año.

Ken Blaze | Reuters

La constante en el caos

Porzingis es la mejor noticia en la perpetua disfuncionalidad de los Knicks, atrapados en el laberinto de Carmelo Anthony. El letón (la única decisión acertada de Phil Jackson como responsable del club neoyorquino) ha superado todos los prejuicios (europeo, blanco, tirillas) para conquistar al público del Madison. Un ala-pívot de 2,21 que tira triples y corre la pista no se ve todos los días. Anota 19 puntos por partido y está a un traspaso de convertirse en el jugador franquicia del equipo.

Isaiah Thomas, el extremo opuesto que aspira a lograr el MVP desde su 1,75 de altura

Embiid, Antetokounmpo y Porzingis son tres prodigios. Pero Isaiah Thomas es otro tipo de milagro, uno de apenas 1.75 metros de altura y 85 kilos, que es capaz de dominar con su velocidad, habilidad y una zurda mágica a pesar de su tamaño. El base de los Boston Celtics, que ya estuvo brillante la temporada pasada, se ha convertido en una de las más rutilantes estrellas de la NBA, hasta el punto de colarse en las conversaciones para el MVP (improbable ante la brillantez de James Harden y Russell Westbrook).

Thomas reclama el trono que dejó vacante Allen Iverson como el mejor jugador libra por libra de la NBA. Mete casi 30 puntos por partido para el segundo mejor equipo del Este y es el líder anotador de toda la Liga en los últimos cuartos.