Partido de instantes

Millán Gómez SAQUE DE ESQUINA

DEPORTES

28 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Club Deportivo Lugo sumó un empate de postín en Valladolid en una situación complicada en la clasificación debido al auge de rivales directos por la promoción como el C. D. Tenerife o el Real Oviedo. Los minutos iniciales fueron de superioridad vallisoletana con pases filtrados de Míchel Herrero, debilidad personal, y el empuje del delantero Raúl de Tomás, seguramente en el momento más óptimo de su todavía breve carrera. El Real Valladolid llegaba al área lucense con frecuencia. Difícilmente hay un futbolista con más capacidad para crear en esta categoría que Míchel Herrero. Su toque y visión de juego son determinantes. Paradójicamente, el Lugo se adelantó en el marcador en su llegada inaugural. Fantástica pared de Iriome y Antonio Campillo que fue prolongada por el tinerfeño con un excelente centro hacia Joselu Moreno para un remate de primeras que supone su decimoséptimo gol liguero. Apenas cinco minutos después, empate vallisoletano. Jordi Calavera no aprieta al poseedor del balón, Luciano Balbi, y el centro de este es rematado por Raúl de Tomás, que se anticipa a Marcelo Djaló. El equipo local tuvo más la iniciativa en la primera mitad y contó con más ocasiones merced a Herrero, de Tomás, la verticalidad y calidad del extremo José Arnáiz, así como la proyección ofensiva del lateral izquierdo Balbi.

En la segunda mitad, el Lugo fue superior. Dominó la pelota con un ritmo superior al Valladolid. Físicamente, los lucenses tuvieron más vigor y se impusieron. No obstante, contaron con escasa profundidad. En los instantes primeros del segundo parcial, tuvieron ocasiones en un centro de Calavera que despeja de forma irregular el central Álex Pérez, un saque de esquina peinado por Ignasi Miquel y prolongado por Carlos Pita, así como un centro peligroso de un sobresaliente Iriome. El balón era rojiblanco. Pese a todo, Juan Villar contó con una oportunidad aprovechando el espacio dejado por Serge Leuko, pero desvió José Juan. Jaime Mata tuvo su opción, pero decidió una alternativa complicada con un golpeo de rosca cuando podía asistir al segundo palo. En la última jugada, Villar cabeceó imponiéndose a Carlos Hernández en una situación compleja y con poco ángulo. Antes, Joselu disparó desde fuera del área, sin abrir hacia Campillo, más habilitado, así como los lucenses pudieron adelantarse en un saque de esquina.

El principal protagonista fue el mediocentro Damià Sabater. Excelente en su primera titularidad. Pese a cometer alguna imprecisión, se ofreció continuamente, distribuyó la pelota con fluidez y aportó cambios de juego para castigar al rival. Creció a partir del primer cuarto de hora de partido. Tomó decisiones correctas. Asumió protagonismo. Jugó más liberado y con más libertad que Carlos Pita, más posicional con la baja de Fernando Seoane. Iriome estuvo profundo en, quizás, su mejor actuación de la temporada. Aportó la asistencia en el gol y varios centros peligrosos. Trazó una diagonal en la primera mitad después de un pase magnífico del propio Sabater, pero no definió con eficacia. Fede Vico, por la izquierda, apenas se mostró. Por esa misma banda, cabe destacar que Leuko, pese a no jugar en su flanco natural y ser excesivamente impreciso con el balón, siempre intenta ofrecerse y aportar proyección ofensiva. Siempre ayuda con su actitud a que el equipo se estire, independientemente de su rendimiento.

El desplazamiento de aficionados lucenses fue notorio y una muestra de orgullo. Es precioso ver camisetas rojiblancas lejos de nuestra ciudad. Pasan las temporadas y Carlos Pita y Manu siempre se acuerdan de los seguidores cuando terminan los partidos.