Javier Gómez Noya, que solo corrió una cita del Mundial desde su quinto título, abre el calendario en el circuito de fórmula 1 de Abu Dabi
04 mar 2017 . Actualizado a las 13:53 h.La víspera del arranque del Mundial de Triatlón, la organización de la prueba de Abu Dabi quiso tener un detalle con el pentacampeón, Javier Gómez Noya. Del sencillo hotel de la selección española lo trasladó a un lujoso complejo con vistas al circuito que hoy atacará con el hambre de un principiante (TVG2, 12.50). Desde el hito de Chicago -su quinto título, lo nunca visto-, solo ha disputado una prueba de las Series Mundiales y apenas ha competido. Primero por la planificación de los Juegos, y después por la fractura en el codo que detuvo de forma abrupta su 2016. «A veces terminas compitiendo casi como rutina y pierdes las sensaciones de ponerte nervioso. Ahora estoy con más ganas de afrontar la carrera y cuidando aún más los detalles», explica desde Abu Dabi.
A los 34 años, se declara listo para pelear por una sexta corona. Un desafío personalísimo, porque ya no quedan rivales de su edad en la élite. Pero el cronómetro (podría correr el 10.000 final alrededor de los 30 minutos), los medidores de potencia (generó 280 watios en bici en el triunfo en el medio ironman de Dubái en enero) y el resto de aparataje que le acompaña anuncia un buen estado de forma. ¿Quizá al 90 %? «Sí, podemos decir eso. Aunque es cierto que también me falta competición. Estoy consistente en los tres sectores, me encuentro bien», resume.
Desde hace más de una década no conoce otra forma de competir que no sea por el triunfo. Hoy no será una excepción. «Salgo a ganar. Luego, puedo estar satisfecho si lo doy todo y me superan». Mario Mola, vigente campeón mundial, el triatleta con el mejor registro de todos los tiempos en un diez mil -en Chicago 2015, el día que Gómez Noya no necesitaba disputarle el oro para asegurar el pentacampeonato-, surge como su principal rival. Explosivo, inteligente y capaz de competir a ritmos altos a estas alturas de la temporada, Mola se atasca en ocasiones en el agua. Ahí puede encontrar una primera oportunidad Gómez Noya. A nado se cubrirá una vuelta de 900 metros y otra de 600 junto a los yates de Yas Marina. Después afrontará un trazado engañoso en bici, con cuatro vueltas de 10 kilómetros. Cuenta con una alfombra para las ruedas, un trecho del circuito de fórmula 1. Arquitectura de vanguardia y un trazado amable. Pero en otra parte del recorrido se complica, con hasta doce giros de 180 grados.
«Es un circuito ratonero y complicado, con zonas estrechas, curvas, constantes arrancadas... Resulta imprescindible ir bien colocado. No será sencillo que se organicen grupos ni para intentar abrir brecha ni para enlazar desde atrás», analiza Gómez Noya.
Sin Alistair y Jonny Brownlee en la lista de salida ni grandes especialistas en bici -como el australiano Aaron Royle-, Gómez Noya tendrá difícil el hipotético escenario de montar una fuga en bici. Sería el desarrollo ideal. Después, a correr. Sobre otro trazado plano y monótono para totalizar los diez kilómetros.
Al fondo, después de nueve pruebas, la final de Róterdam en septiembre. «Mi objetivo es el sexto título». Junto a Mola, Gómez Noya señala otros cuatro grandes rivales por la corona: los hermanos Brownlee, Fernando Alarza y Richard Murray.
No regresa a Europa hasta mayo y dos pruebas dudosas en su calendario
Tras competir en Abu Dabi, Gómez Noya disputará una competición novedosa en Hamilton Island (17 al 19 de marzo), con una participación de lujo y diferentes formatos. Después, preparará en Australia la segunda prueba del Mundial (Gold Coast, el 8 de abril), pasará un tiempo en Nueva Zelanda y competirá en la tercera cita de las Series en Yokohama (13 de mayo). Volverá entonces a Europa y su calendario dependerá de lo que le vayan pidiendo sus sensaciones y lo que aconsejen sus resultados. De las nueve citas del Mundial de distancia olímpica, dos parecen dudosas: Hamburgo, sobre distancia esprint, y Estocolmo,demasiado próxima al Mundial 70.3 de medio ironman , uno de sus desafíos de este 2017.
El codo fracturado julio no le molesta en ninguno de los tres sectores del triatlón. Solo le causa cierta incomodidad en algún gesto muy concreto. Si a final de temporada le sigue incordiando, se planteará una pequeña cirugía para que le retiren los clavos de la articulación.