La paradoja de la BBC

óscar Bellot MADRID / COLPISA

DEPORTES

Javier Etxezarreta

La goleada al Eibar reabre el debate sobre la tiranía del tridente del Real Madrid

06 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Real Madrid ha completado sus dos mejores partidos de la temporada despojado del tridente ofensivo que desde hace cuatro años constituye su imagen de marca más poderosa. Frente al Sevilla, a comienzos de enero en la ida de octavos de final de la Copa del Rey, y ante el Eibar, donde abortó a base de goles y virtuosismo el conato de crisis.

Huérfano del trío que acapara todos los focos cuando está sobre el césped, el conjunto de Zidane mostró en ambos choques su faceta más solidaria, con una proximidad entre las líneas que se resquebraja cuando se juntan Benzema, Cristiano y Bale, remisos a colaborar en tareas defensivas.

El equipo blanco se amparó en el juego coral. De ese espíritu comunitario se contagió incluso un Benzema que frente al Eibar se fajó como nunca. Su actuación, firmando dos tantos, asistiendo en otro e iniciando la contra que desembocó en el cuarto, silenciará por un tiempo los dardos a un ariete que solo había brillado en los últimos meses en Champions y en el Mundial de Clubes.

El francés se benefició de la ausencia de Cristiano Ronaldo en Ipurua. La mutación experimentada en la posición del luso en los últimos meses ante su pérdida de explosividad le ha llevado a cohabitar con Benzema en el área, una convivencia que a veces ha derivado en resta. El francés se ha resentido por la instalación en sus dominios del portugués, bajando sus registros goleadores. Frente al Eibar, Benzema fue el amo y señor del área que custodiaba Yoel y recuperó la sonrisa en el que supuso su partido oficial número 350 desde que viste la camiseta blanca.

Sin Cristiano Ronaldo carece el Real Madrid de su asesino más letal, el que acumula 25 goles esta temporada, 18 de ellos en Liga. Pero, curiosamente, el equipo no se ha resentido de sus ausencias. El portugués se ha perdido diez partidos este curso, con un balance de nueve victorias y un empate para el cuadro de Zidane. En esa decena de encuentros, el Real Madrid ha marcado 34 tantos (3,4 por choque), frente a los 83 de los 31 en los que sí ha estado presente (2,67 de media). Sin él, los blancos han encajado once tantos (1,1 por duelo) y con él han visto perforada su meta en 39 ocasiones (1,25).

La intermitencia de Bale a causa de sus lesiones ha forzado al Real Madrid a acostumbrarse a vivir sin su concurso. Autor de nueve goles en los 20 encuentros que ha disputado esta campaña, el galés se perdió el Mundial de Clubes, donde Lucas Vázquez cubrió su baja para erigirse en uno de los jugadores más destacados del torneo. Con el gallego, el conjunto de Zidane gana equilibrio, capaz el de Curtis de echar una mano al centro del campo y de guardarle las espaldas al lateral.

El poblamiento del mediocampo es, en realidad, la clave de bóveda que explica los dos partidos más aplaudidos del Real Madrid esta campaña. Cinco centrocampistas ante el Sevilla -Casemiro, Modric, Kroos, James y Marco Asensio- y otros cinco frente al Eibar -Casemiro, Modric, James, Lucas Vázquez y Marco Asensio-, que permitieron maniatar al adversario a la vez que lanzaban el ataque. Algo que también se dio en otro encuentro notable de los madridistas, el que disputaron frente al Atlético en el Calderón. Faltó ante los rojiblancos Benzema, lo que permitió disponer a Cristiano como único referente, con Lucas Vázquez, Bale e Isco sumándose a Modric y Kovacic en la medular. Otro ejemplo más de los beneficios de dejar de considerar innegociable la BBC, algo que a Zidane hace unos meses le parecía anatema pero que ya no afirma con tanta rotundidad. 4-3-3 o 4-2-3-1; o lo que es lo mismo: BBC sí o BBC no. El debate, una vez más, está abierto.