Los mejores jugadores anfitriones, los de A Zapateira y los de los aeroclubes de Santiago y Vigo disputarán el Desafío Atlántico
13 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Hubo un tiempo, durante unos cuantos años, en los que hablar de golf en Galicia era referirse irremediablemente a los campos del Aero Club de Vigo; al de Lavacolla, en Santiago; al de A Coruña, en A Zapateira; y a los nueve hoyos bañados por la ría de Arousa en la isla de A Toxa. Fueron los pioneros en el siglo pasado, han expedido miles de licencias y quieren volver a levantar la bandera del deporte de referencia en sus respectivas entidades poniendo en valor a sus mejores jugadores en el primer Match Desafío Atlántico, que se celebrará el 25 y 26 de marzo con el Club de Golf La Toja como anfitrión.
La competición recupera una modalidad perdida en los años 90, la de las partidas interclubes, cuando la representación la ostentaban equipos diseñados con criterios arbitrarios. No es el caso de este desafío, para el que las cuatro entidades han articulado fórmulas para seleccionar a sus ocho mejores jugadores a lo largo del 2016, ya fuera a través de competiciones señaladas o por las órdenes de mérito. La idea de medir la capacidad deportiva de cada club entusiasmó a los 32 clasificados «y buena prueba de ello es que solo declinaron dos la participación, uno porque está en Estados Unidos y otro que acaba de ser padre», explica José María Fernández, vicepresidente de La Toja, que ayer ejerció de cicerone en una animada jornada de entrenamiento celebrado en el campo de O Grove. Fernández, que también forma parte del equipo local, dio el impulso clave para embocar la iniciativa, pero admite que fue el Aero Club de Santiago el que dio el primer gran golpe. La entidad presidida por Celso Barrios está poniendo patas arriba la gestión tradicional de las entidades sociales con el objetivo de dinamizar su nuevo campo y las instalaciones estrenadas meses atrás en Ames: «El deporte es nuestra razón de ser. Estas sociedades fueron pioneras fomentando actividades cuando nadie lo hacía y transmitiendo valores saludables en generaciones de familias, por eso nos pareció interesante estrechar lazos y promover el sentimiento de pertenencia al club», comenta Barros, quien pone incluso mayor énfasis en esta vertiente que en la competición en sí misma, que en todo caso reunirá a 23 jugadores con un hándicap inferior a diez, lo que garantiza partidas de gran calidad.
La organización se encargó de diseñar las diferentes modalidades de juego para dinamizar el espectacular pero pequeño campo grovense en un fin de semana en el que también habrá demostraciones de las mejores firmas de material deportivo y actividades para los niños de las escuelas infantiles, que tendrán la oportunidad de conocer a otros maestros.
El club de La Toja aporta a la única mujer, Beatriz Corbacho, pero como ya están garantizadas nuevas ediciones del desafío rotando por los cuatro campos, la organización introducirá en el futuro elementos de corrección para dar mayor heterogeneidad a los equipos, que lucirán uniformes de estreno en la cita.