«Estoy aprendiendo a correr»

Rita A. Tudela LONDRES

DEPORTES

Rita Alvarez Tudela

Desirée Vila no falta a su diaria cita de hora y media con el gimnasio

21 mar 2017 . Actualizado a las 07:31 h.

Cada día Desirée va al gimnasio. Apenas tiene que cruzar una calle desde su residencia universitaria en Canterbury. Entrena una hora y media diaria. La localización está escogida a propósito, para que sea fácil y la distancia no impida la visita diaria. En la escalera, una cita de Michael Jordan que parece escrita directamente para la viguesa anima a los usuarios a conseguir las cosas que se proponen. Las paredes en verde fosforito le dan alegría a la sala. Nada más entrar ya la llaman por su nombre. El monitor le ha cogido cariño tras hablar con ella los últimos meses: «Es muy buena chica». En el vestuario las paredes están pintadas en rosa. Aquí Desirée tiene que cambiar la prótesis para poder correr y usar las máquinas.

«Ahora voy poco a poco, estoy aprendiendo a correr y con mejorar un poco cada día ya me siento satisfecha», cuenta. Reconoce que haber sido deportista de élite le ayudó a superar su situación, sobre todo psicológicamente, haciéndolo mucho más rápido que cualquier otra persona. Pero además menciona una serie de valores que también estuvieron ahí para ayudarla cuando más lo necesitaba. «Tenía la constancia, el no rendirme, el seguir y seguir», añade.

Desirée explica cómo los días que tenía que ir a rehabilitación los vio como las jornadas de entreno cuando hacía gimnasia. Su objetivo no era otro que adaptarse a la prótesis lo antes posible y poder caminar. La estancia en el hospital y la amputación de la pierna derecha la dejaron muy débil: «Fue duro conseguir fuerza en el muñón, fue como volver a empezar».

Quizás lo que más le costó fue darse cuenta de que no podía volver a hacer gimnasia. «Fue muy brusco la manera en la que tuve que abandonar mi carrera deportiva», puntualiza. Ahora puede hacer una vida casi normal. Le cuesta subir escaleras pero en dos segundos es capaz de hacer una pirueta en medio del patio. Cuando está en Galicia también le gusta ir a la piscina, pero ahora reconoce que aquí no tiene tiempo para más.

Desirée es consciente de que no puede pasarse con las cenas de Nochebuena y las comidas de Navidad y acabar cogiendo esos kilos de más tras los días de excesos. La razón no es otra que tiene que tener un control estricto sobre su peso para que no varíe el tamaño del muñón donde van encajadas las prótesis. Lamenta que la gimnasia rítmica no sea un deporte paralímpico, pero reconoce que el deporte siempre estará presente en su vida. De hecho, estudia Turismo con la idea de especializarse en el estudio de las ciudades que albergan Juegos Olímpicos y saber qué tipo de personas las visitan después de la cita deportiva, qué actividades pueden desarrollarse en ese espacio y el tipo de turismo que les puede seguir dando vida.

En su próxima visita a Londres, conectada con Canterbury en un tren que tarda apenas una hora de viaje, reconoce que dará un paseo por la zona de Strafford, donde están la mayoría de las instalaciones de los Juegos Olímpicos del 2012 y que todavía no ha visitado.