El remero que vuelve a echarse al mar con 30 años en cada brazo

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

DEPORTES

MÓNICA IRAGO

Nueve temporadas más tarde Tolín se prepara para competir en una Liga Galega de Traíñas en la que soplará 61 velas

24 mar 2017 . Actualizado a las 16:33 h.

La de Antonio Devesa Pérez, Tolín (O Grove, 1 de Agosto de 1956) es una vida de largos recorridos. «Aos 12 anos deixei a escola, e me puxen a traballar de albanel». Con 60 años, en noviembre se encontró descubriéndose a sí mismo que su otra ocupación, la de remero, todavía tenía cuerda. Que su cuerpo, pero sobre todo su mente, le pedían prolongar una carrera de fijo-discontinuo en un deporte que a comienzos de la década de los 80 había contribuído a levantar en O Grove. Como integrante de aquella tripulación pionera del recién fundado C.R. Mecos, uno de los históricos y más laureados clubes del banco fijo en Galicia y del que fue uno de sus primeros responsables de entrenamientos cuando nadie era técnico porque, simplemente, nadie sabía allí siquiera cómo se movía un remo. Tras una larga pretemporada, que en estos momentos compagina con la campaña de batel, Tolín encarará a partir de junio la que será su primera Liga Galega de Traíñas desde el año 2008, que terminará tras haber soplado 61 velas. 

Lo hará, explica el que fue su pupilo y hoy de nuevo técnico del Mecos, Fran González, «cun nivel para estar no equipo titular». Porque «a pesar dos 60, Tolín segue a adestrar con máis ilusión cá un rapaz de 18. É un exemplo a seguir pola xente nova».

En el 81, cuando el C.R. Mecos botó su trainera de segunda mano, «ninguén de nós tiñamos nin idea de onde poñernos nin de como remar, nin quen nos ensinara. Só que había que tirar do pau», recuerda Tolín. «Na nosa primeira regata, en Meira, vimos como os de Meira se tumbaban ao remar. Nós remabamos ata entón a peito», rememora con humor el grovense. «Pero todo era unha novidade, unha ilusión coma un mundo».

En el 95, cuando al Mecos empezaron a llegar entrenadores formados, Tolín tuvo que dejarlo por circunstancias familiares. Volvió a competir en el 2001 y 2002, y el 2008; y en la regata final de la LGT-B del 2015 con Mecos ya campeón. Pero desde su vuelta no volvió a perder el contacto con el club, que frecuenta casi cada día desde hace 16 años, «adestrando pola miña conta, sen compromiso, indo ao mar coa traíña cando precisaban xente e facendo algunha contrarreloxo de inverno».

¿Cuál es el secreto de la eterna juventud de Tolín? «É tan segredo, que nin eu o sei». Superdisciplinado, con grasas y azúcar al margen de su dieta, y el ejercicio físico como un hábito desde que conoció el remo, el grovense dice tener «a miña teoría: O vicio chama máis co deporte. E o remo, en vez de collelo como un deporte, collíno coma un vicio. Cando agarro un remo son feliz. Se me falta o remo, enfermo».