Tres países, tres equipos, ocho meses

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZVIGO / LA VOZ

DEPORTES

Arán Pazos ha fichado por un equipo suizo tras pasar desde noviembre por clubes de Nicaragua y Costa Rica

24 mar 2017 . Actualizado a las 16:10 h.

«¡La verdad es que me estoy convirtiendo en un trotamundos del fútbol!», admite entre risas desde Suiza Arán Pazos (Vigo, 1991). Hace ocho meses, tras despedirse del Ribadumia, cambió el clima atlántico por los sofocones de Nicaragua para defender la camiseta del Managua F.C. de la primera división de país; disputó todo el torneo Apertura y un club de Costa Rica se fijó en él. Allá se fue en noviembre, pero los impagos le obligaron a hacer las maletas. Desde hace once días experimenta la tranquilidad de vivir en un pequeño pueblo en Suiza, cerca de la frontera con Austria y Alemania, y se prepara para disputar su primer encuentro con el ST. Margrethen, su nuevo equipo.

«Los últimos ocho meses han sido frenéticos. Llegué a Nicaragua en agosto y allí estaba muy bien, con buenas condiciones y contento, pero Costa Rica era una opción mejor y cuando me lo plantearon, dije que sí. El club por el que fiché [Municipal Liberia] disponía de buenas infraestructuras y el nivel de vida estaba bien, pero no nos pagaron prácticamente nada. Mi abogado ha demandado el contrato completo», cuenta Arán. El central aguantó cuatro meses en el club tico. El pasado febrero regresó a España y a los pocos días de llegar ya ponía rumbo a Valencia para enrolarse en el ST. Margrethen, un club de la Segunda Interregional helvética, que equivaldría a la Tercera División española.

«Como en Suiza había parón liguero, el equipo se vino a España a hacer una minigira. Estuve con ellos en Valencia y Barcelona y ya nos vinimos para aquí. La semana pasada no pude jugar porque no disponía del permiso de trabajo, pero este fin de semana ya debuto». Tras habituarse a temperaturas de 30 grados, Arán se ha encontrado con la gélida primavera suiza y con un equipo que antes del parón marchaba último en la clasificación y que se ha reforzado con futbolistas españoles y griegos para intentar salir a flote.

«En cuestiones futbolísticas el nivel es muy inferior al español, pero la propuesta que me hicieron era muy buena, con condiciones mejores que en un Segunda B español. Vivo además en la casa del presidente. Me fue muy fácil tomar la decisión», dice.

Desde que tuvo claro echar a volar en el fútbol extranjero, Arán ha vivido experiencias de todo tipo. Grandes momentos que le deparó el deporte profesional prácticamente en pañales de Nicaragua y experiencias desagradables como la costarricense. «Lo peor fue que iba con unas expectativas altas y lo que me encontré fue que engañaban a la gente y hacían sufrir a las familias. En mi caso no tengo cargas familiares, pero había otros compañeros que sí», lamenta el defensa.

Pero ni tan siquiera el revés que sufrió en el Municipal Liberia, que así se llamaba su anterior club, ha quitado a Arán las ganas de seguir el camino que el fútbol le marca. «A mi familia le da un poco de pena porque estoy lejos», admite, pero asegura que no echa en falta el deporte rey español. De hecho, tiene claro que cuando finalice su contrato en Suiza, el 11 de junio, se irá, de nuevo, «a donde el fútbol me lleve».