Nadie juega más que Cotilla

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

DEPORTES

XOAN CARLOS GIL

El defensor del Rápido de Bouzas ha disputado todos los minutos de Liga en Tercera División

16 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«¡Yo estoy encantado!» dice Sergio Cotilla para explicar qué se siente al jugar absolutamente todos los minutos de todos los partidos de Liga de esta temporada. El suyo es un caso único. Ningún futbolista de los equipos gallegos de Segunda B ni de Tercera ha firmado semejante registro. El defensa del Rápido de Bouzas se ha pegado la panzada de jugar los 38 partidos de liga de principio a fin, o lo que es lo mismo 3.420 minutos, más las consiguientes prolongaciones. Una barbaridad que incluso puede aumentar. El Rápido disputará el play-off de ascenso a Segunda B y la ilusión de Cotilla es ampliar su cuenta.

«Llevaba varios años jugando mucho, pero nunca tanto. Recuerdo que el año pasado cuando Otero me reservaba yo le decía ‘mister, déjame jugar, que si estoy bien, por qué vas a reservarme. Si me rompo, pues ya pararé’. Pero descansé algún partido», recuerda. Este año, sin embargo, de la mano de Patxi Salinas no ha perdonado un minuto.

El vigués, cosecha del 92, es el dueño y señor del lateral zurdo del Rápido de Bouzas. Un futbolista metódico y sacrificado al que ni las tarjetas han privado de acumular minutos y minutos. A pesar de jugar como defensa, tan solo ha visto dos amarillas en las 38 jornadas. «¡Y una fue por protestar!», admite entre risas, «nunca he sido de muchas cartulinas. Intento entrar en el momento preciso, aguantar el uno contra uno y no suelo hacer muchas faltas». Además, ha tenido la suerte de que las lesiones le han respetado, más allá del típico golpe o algún problemilla muscular que durante la semana se curaba.

Y el tercer factor que ha permitido a Cotilla jugar todo el campeonato liguero tiene nombre de entrenador, Patxi Salinas. «Todos los lunes me preguntaba qué tal me encontraba, para ver si aguantaba bien. Estos últimos partidos ya me decía, ‘oye, Coti, que no te pase nada’». Y no le pasó. Aguantó hasta la última jornada y frente al Arousa cerró la rueda de la liga. «En el vestuario ya se cachondean de mí diciéndome si Patxi es mi tío», desvela divertido. Pero lo cierto es que Salinas está encantado con su rendimiento, su seguridad y con su manera de afrontar el fútbol. «Es un futbolista muy metódico, de una seriedad increíble», le define el exdefensor del Celta.

Aunque hoy Coti celebra su pleno de minutos, también reconoce que la liga se le ha hecho larga. «A mitad de temporada me notaba más activo, ahora ya se percibe más el cansancio cuando llega el viernes, pero por unas semanas eso no importa. Ahora viene lo bonito, jugar la fase de ascenso, y ojalá pueda aumentar la cifra de minutos. Si Patxi me lo permite, jugaré el play-off con más ganas que nunca». Palabra de un futbolista que se ha ganado a pulso ser el jugón de la categoría.

Una jornada agotadora que arranca a las seis de la mañana

La agenda de Sergio Cotilla no es válida para alérgicos al cansancio. Sus jornadas arrancan cuando todavía no ha salido el sol y finalizan rozando la medianoche. «Trabajo en una empresa de automoción en Tui en el departamento de diseño y entro a trabajar a las seis de la mañana. Salgo sobre las tres y a las cuatro, más o menos, me voy una horita u horita y cuarto al gimnasio. Y luego, por la tarde, entreno con el equipo. A las doce, para cama», enumera el defensa, que admite que algún día semejante desgaste podría pasarle factura. «¡Ya me las pagará el cuerpo!», cuenta entre bromas.

«Soy metódico y soy sacrificado», se define Cotilla para explicar por qué es capaz de aguantar 38 jornadas de liga al máximo nivel. El lateral no ha pedido descanso en un solo partido de la temporada aunque admite que ha habido algunos que fueron más duros que otros. «El del Céltiga me costó especialmente. Me pasé parte del segundo tiempo cojeando pero fui aguantando. Patxi me dijo si quería salir, pero le dije que no. Prefería acabar porque no estaba siendo un encuentro nada cómodo. Ese día corrí lo impensable».

La lesión de peroné

Coti hace suya la máxima de que el esfuerzo no se negocia. Lo aprendió desde el minuto uno. Comenzó alternando futbito y fútbol defendiendo la camiseta del Colegio Hogar y luego se incorporó a un Celta en el que estuvo hasta juveniles de División de Honor. A cuatro jornadas para concluir la liga y disputar la Copa de Campeones, se rompió el peroné. «Ha sido la única lesión grave que he tenido, supongo que con esa ya tengo el cupo cubierto», añade. Ese disgusto mayúsculo ya queda en el pasado y ahora, Coti solo mira hacia el futuro.