El golf avanza en su plan para recuperar el público en julio

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Brian Spurlock | REUTERS

El PGA, que ya celebró dos torneos a puerta cerrada, planea que el Memorial reúna 8.000 espectadores a mediados del próximo mes

25 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El golf profesional avanza en su desescalada. Primero fueron los torneos de exhibición respaldados por el circuito estadounidense; luego llegó el reestreno en un campeonato a puerta cerrada, el Charles Schwab Challenge en Texas, ya una cita oficial del PGA Tour con 148 jugadores; y la semana pasada la organización abordó la primera pequeña crisis por el positivo de un participante, Nick Watney, durante el RBC Heritage, en Carolina del Sur. Si no se produce un rebrote en la pandemia que altere los planes, el primer torneo de élite del mundo que se celebre con público será el Memorial, del 16 al 19 de julio, en el Muirfield Village Golf Club, en Dublin (Ohio). El campeonato, en casa de Jack Nicklaus, desplegará un protocolo inédito en la historia del deporte. Si funciona, se convertirá en el estándar del regreso público a los campos de golf.

Según publicó The Columbus Dispatch, el aforo en el campo se reduciría a solo un 20%, es decir, se limitaría a unos 8.000 espectadores diarios, en lugar de los 40.000 habituales en una jornada a rebosar en el campo de Dublin.

De entrada, el público guardará una distancia de seguridad respecto a las zonas de paso de los jugadores, que no podrán tocarse con los aficionados (el habitual choque de manos o la firma de autógrafos quedan prohibidos). Para garantizarlo, la organización señalizará las diferentes zonas donde se deberán ubicar los espectadores. No habrá gradas, pero sí zonas acotadas muy claramente. Y el torneo establecerá mecanismos de vigilancia para que se cumplan las normas.

En el control de acceso a Muirfield Village se tomará la temperatura a cada espectador. Salvo aquellos que no puedan hacerlo por motivos de salud, todos los aficionados estarán obligados a llevar mascarilla desde que lleguen al complejo deportivo. Y lo harán en un entorno donde, a mediados de julio, las temperaturas superan con mucha frecuencia los 30 grados.

Mientras se planea el acomodo de los 8.000 espectadores, la organización reducirá al 25 % la presencia de periodistas acreditados y a la mitad el personal de las productoras de televisión.

El público regresará en el Memorial, y no en otro torneo, por el complejo equilibrio de intereses y competencias que afecta a los eventos deportivos en Estados Unidos. El visto bueno del gobernador de Ohio, Mike DeWine, permite que se juegue con público en Muirfield Village. Pero no habrá espectadores, por ejemplo, en el que será el primer grand slam del año, el Campeonato de la PGA, que se jugará tres semanas después, a partir del 6 de agosto, en Harding Park, en San Francisco. Cada estado fija sus normas.

La Ryder Cup de Whistling Straits, cerca de ser aplazada hasta el 2021

Cuando la pandemia puso patas arriba el deporte mundial, uno de los eventos que desde el principio se puso en el punto de mira de un posible aplazamiento fue la Ryder Cup. El espectacular duelo entre los equipos de Europa y Estados Unidos se caracteriza por una atmósfera única por el ambiente que se genera entre el público. La conveniencia de disputarla sin espectadores situaba el evento bianual, inmediatamente, en peligro. Así que la edición de este 2020, que iba a celebrarse en Whistling Straits (Wisconsin) del 25 al 27 de septiembre, se aplazará al 2021, en muy similares fechas. Así lo asegura The Guardian.

Según esta versión, la PGA de América y el European Tour anunciarán la próxima semana el aplazamiento, después de un intenso debate en el que pesaron también las decisiones de las autoridades de Wisconsin. Las restricciones para viajar hasta allí, los protocolos, cuarentenas necesarios y otras obligaciones del protocolo para disputar un evento de esas dimensiones complican la presencia de público. El matiz que decide el aplazamiento.

Desde que se propagó la pandemia, los protagonistas de la Ryder se posicionaron en contra de su celebración sin público. También los pesos pesados del equipo europeo, pese a que un duelo como visitantes sin la presión de los espectadores podía favorecer sus opciones de victoria. El capitán, Padraig Harrington, y jugadores como Rory McIlroy, Jon Rahm y Sergio García dejaron claro que no tenía sentido una Ryder sin la atmósfera que crea el público.

El aplazamiento de la Ryder la devolvería a los años impares, como sucedía desde su creación en 1927. Una rutina que alteró en el 2001 el atentado de las Torres Gemelas, cuando se decidió el aplazamiento de la edición del 2002 en The Belfry (Inglaterra) y el duelo pasó a los años pares. Aquello afectó a la alternancia de la Presidents Cup (Estados Unidos contra el equipo del resto del mundo, excluidos los jugadores europeos), que en el 2003 pasó a los años impares.

El aplazamiento de la Ryder podría afectar, de entrada, a la Presidents Cup, que regresaría a los años pares. Y el duelo entre Estados Unidos y Europa volvería a coincidir con el año de los Juegos, pero lo haría por última vez, con lo que el calendario de los años bisiestos se aligeraría.

La rotación de la Ryder también quedaría alterada, con la edición del 2023 en Roma, la del 2025 en Bethpage (Nueva York) y la del 2027 en Irlanda, coincidiendo con el centenario de la creación del evento más espectacular del golf.

El esperado regreso de Tiger Woods a un torneo convencional sigue sin fecha

El juego de Tiger Woods iluminó el evento solidario por parejas que le enfrentó con Phil Mickelson con la participación de dos leyendas del fútbol americano como Tom Brady y Peyton Manning. Pero su nombre representa la principal ausencia en los torneos convencionales con los que regresa el PGA Tour. Tampoco jugará esta semana en el Travelers Championship, en Connecticut, ni la siguiente en el Rocket Mortgage Classic, en Michigan. En teoría, la reaparición de Tiger Woods no se producirá hasta el Memorial, a mediados de julio, en Muirfiled Village. O una semana antes en el Workday Charity Open, en el mismo campo.

¿El motivo? A sus 44 años, Woods selecciona el calendario en gran medida en función de los campos que acogen los torneos. Y en Muirfield ya ganó cinco veces. La configuración de esta atípica temporada 2020, con el Campeonato de la PGA en agosto, el US Open en septiembre y el Masters de Augusta en noviembre, después del largo confinamiento de la primavera, altera todos los planes.

Esta semana, eso sí, aumenta todavía más el nivel de participantes en el Travelers, al reaparecer el número 7 del ránking, Patrick Cantlay. La única ausencia entre el top-ten del ránking mundial será la de Adam Scott.

Un nuevo positivo activa el protocolo por segundo torneo seguido

El PGA Tour afronta su segundo contagio por coronavirus en plena competición, después de que Cameron Champ diese positivo en un test PCR al llegar al Travelers Championship, que empezó ayer en el TPC River Highlands de Cromwell (Connecticut). Ayer se esperaba que el torneo publicase los resultados de todas las pruebas a las que sometió a los jugadores, sus cadis y el resto de profesionales implicados en un torneo que vuelve a celebrarse sin público.

Cameron Champ, de 25 años, permanecerá aislado diez días antes de someterse a un nuevo test. Si diese negativo en dos pruebas en días diferentes, podría volver al circuito. El PGA Tour ya había superado su primera crisis por un positivo. El viernes pasado se activó el protocolo como consecuencia del test del covid-19 de Nick Watney. El jugador norteamericano había evitado el chárter fletado por el circuito para trasladar a los jugadores de Texas, donde se había disputado el Charles Schwab Challenge, a Carolina del Sur, donde se disputaba el RBC Heritage. Un detalle que, al final, pudo haber minimizado las consecuencias, porque Watney voló en el avión privado de Sergio García. Por eso, el español fue una de las once personas que habían tenido un contacto directo con Watney en los últimos días y que también se sometieron a los test.

Watney avisó de sus síntomas el jueves, después de jugar, tras ver unos valores altos de fatiga a través de su pulsera biomédica. Ya no compitió el viernes, y cumplirá aislado diez días, sin dejar Carolina del Sur. El PGA le dio un cheque de 100.000 dólares para su manutención.

Dos de los jugadores directamente afectados por el positivo fueron sus compañeros de partida del jueves, Vaughn Taylor y Luke List, a los que se informó de la situación a mitad de su recorrido de 18 hoyos del viernes. Watney se puso en contacto también, uno a uno, con todas las personas que conocía con las que había tenido un mínimo contacto, para mostrarles su preocupación.