España pierde peso en la NBA

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Mariscal y Alberto Nevado / EFE

La mejor liga de baloncesto del mundo, cada vez con más estrellas europeas, empieza con dos jugadores nacionales: Usman Garuba y Santi Aldama

24 oct 2023 . Actualizado a las 14:11 h.

En los últimos años ha descendido la participación y la presencia de jugadores españoles en la NBA. Seis disputaron la pasada temporada en la mejor liga de baloncesto del mundo, y dos de ellos alcanzaron los play off con sus respectivos equipos, Ricky Rubio y Santi Aldama. A pesar de que la selección española se coronó campeona de Europa en el 2022, no se clasificó para los cuartos del Mundial de este verano. Y el panorama para este curso es bien distinto e insólito. Con el regreso de los Hernangómez y Serge Ibaka al Viejo Continente, y todavía con la duda del regreso de Ricky Rubio, solo estarán dos representantes nacionales, la cifra más baja en 18 años.

Santi Aldama llegó a la NBA después de que los Memphis Grizzlies lo draftearan en el 2021. Después de dos temporadas en las que ha sacado provecho de cada oportunidad que ha tenido, el canario afronta, quizá, uno de sus cursos más importantes en la competición, con más responsabilidades en pista. Todo ello, con una posible extensión de su contrato a la vista.

El paso de Steven Adams por quirófano tras una recaída en su lesión de rodilla le da una oportunidad al canario, que podría crecer aún más en su rol. Sin el pívot titular, los Grizzlies podrían proponer que Jaren Jackson Jr pase al 5 para que Aldama entre en la alineación en su posición habitual, la de ala-pívot. Ambos jugadores ya han demostrado su conexión en la pista.

Aldama es ya uno de los veteranos del vestuario, ganándose el respeto gracias a su destacable evolución. Con su versatilidad se convirtió en uno de los suplentes con más minutos en la franquicia, pero el técnico, Taylor Jenkins, es consciente de que las claves para la mejora del jugador son la evolución de su físico y que dé un paso más en defensa.

Usman Garuba, después de dos años con escasos minutos, recala en los Golden State Warriors, campeones en el 2022, que también añadieron a Chris Paul a una plantilla liderada por Steph Curry, Thompson y Draymond Green. Era agente libre tras ser cortado por los City Thunder y estar en órbita del Real Madrid. Su mayor inconveniente es su contrato dual (two-way contract). Es decir, que el pívot de 21 años podrá jugar tanto en la G League (liga de desarrollo) como en la NBA. Además, en caso de que la franquicia de San Francisco se clasifique para los play off, tendría muy complicado disputarlos.

A la espera de Ricky

Mientras tanto, el futuro de Ricky Rubio sigue siendo una incógnita. El pasado agosto decidió dejar provisionalmente el baloncesto por problemas de salud mental. Alejado de los focos mediáticos, los Cavaliers —tiene contrato hasta el 2025— le han apoyado. No es seguro que comience la temporada con ellos.

Del pionero Fernando Martín al éxito de Pau Gasol

Fernando Martín abrió el camino de los españoles hacia la NBA tras fichar por los Portland Trail Blazers. Desde que llegó a la mejor competición de baloncesto de la historia en 1986, 20 españoles —cuatro de ellos nacionalizados: Johnny Rogers, Lorenzo Brown, Nikola Mirotic y Serge Ibaka— han dado el salto a dicha liga.

La etapa dorada tuvo lugar en el 2017, cuando coincidieron hasta 11 jugadores en activo. Uno de ellos fue Pau Gasol, considerado el mejor jugador español de baloncesto de todos los tiempos. Se convirtió en el primer no estadounidense en ser nombrado rookie del año en el 2002. Además, es uno de los cuatro únicos jugadores de la competición que anotó más de 20.000 puntos. Además, Los Angeles Lakers retiraron su camiseta. En sus 18 temporadas disputó 1.226 partidos y 41.001 minutos. Dos anillos, seis equipos y casi dos décadas asentado en la liga estadounidense conforman el currículo de Gasol al otro lado del charco.

El último en marcharse fue Serge Ibaka. El ala-pívot de origen congoleño fue cortado por Bucks en febrero, traspasado a los Pacers y cortado de nuevo al día siguiente. Aunque su intención era continuar jugando en la NBA, la apuesta de Pablo Laso y su Bayern de Múnich terminaron por convencerle.