Baréin, primera parada de un Mundial de fórmula 1 casi decidido

David Sánchez de Castro COLPISA

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

Max Verstappen se presenta como máximo favorito para revalidar su título mundial en esta temporada del 2024

28 feb 2024 . Actualizado a las 17:06 h.

«Bueno, otro año que gana Verstappen, ¿no?». Esta frase, o alguna aliteración similar, es lo más repetido en la pretemporada, junto con «¿dónde va a estar Fernando Alonso en el 2025?», de fórmula 1. Los test de Baréin sirvieron para confirmar que tanto monta el RB19 de 2023 como el RB20 del 2024, ya que la superioridad que mostraron en sus tandas largas y cortas deja entrever que ya está todo decidido prácticamente seguro.

La sensación de que las 24 carreras de este año van a ser prácticamente testimoniales para comprobar cuánto y cuándo va a ganar Verstappen queda patente ya desde la primera cita. El peculiar trazado de Baréin no es el que mejor permita medir dónde están todos, pero sí puede dar una pista muy seria. Sería improbable ver al favorito Verstappen no encauzar su decimoséptima victoria en las últimas 18 carreras ya desde el jueves, cuando se van a celebrar los libres, pero también sería complejo de digerir no ver a un Ferrari o un Aston Martin (los dos, en caso de la Scuderia) muy cerca de ellos, junto a los Mercedes como alternativas.

Y es que el Mundial del 2024, salvo imprevisto, va a ser una pelea por ver quién es segundo. La dictadura a la que Red Bull ha sometido a la fórmula 1 es tal que ni siquiera hay un pequeño atisbo de esperanza para quienes quieran escuchar otra combinación de himnos que no sean el neerlandés y el austríaco, al menos en las primeras citas del año. Por eso la gran duda está en dónde, cuándo y quién podrá meterles mano. Las alternativas son escasas. Un Lewis Hamilton con una mirada puesta en la gran ilusión que supone correr para Ferrari en el 2025 pero con la responsabilidad personal de cerrar bien su etapa en Mercedes; un Carlos Sainz que necesita reivindicarse para convencer a sus potenciales contratadores y que no puede permitirse el lujo de mostrar debilidad ni siquiera en la primera cita del año; un Fernando Alonso que buscará demostrar que sigue en forma y que el veneno de la fórmula 1 le sigue corriendo por las venas 23 años después de su debut (hay pilotos como Logan Sargeant o Yuki Tsunoda que ni habían andaban cuando él ya corría) o algunos otros candidatos.

En cuanto a Baréin, más de lo mismo que ya se conoce: circuito amplio con dos sectores bien diferenciados, razonablemente rápido uno y más ratonero el otro, con un récord de carrera aún vigente (y que así se quedará tras la remodelación) de Pedro Martínez de la Rosa y con posibilidad media de que aparezca un coche de seguridad que pueda cambiarlo todo. La alternativa era Australia, hogar donde más veces ha comenzado el Mundial de fórmula 1 históricamente, pero este deporte ya no se parece mucho al de hace años.

Como ya pasó en los últimos años, la de Baréin será una cita nocturna, lo que permitirá alguna variable en términos de gestión de neumáticos y temperaturas. Un pequeño resquicio a la esperanza para quien no quiera ver al mismo de los últimos tiempos ganar. Solo un dato: Verstappen no abandona desde la carrera que abrió el Mundial en el 2022, también en Baréin, y fue por una avería.

Entre el Ramadán y el escándalo de Christian Horner

El Gran Premio de Baréin queda enmarcado en un contexto en el que lo deportivo casi es un ingrediente más y no el plato principal en el comienzo de la 75ª edición del Mundial. Por un lado, el calendario se ha visto modificado por cuestiones religiosas: tanto la cita en Sakhir de este fin de semana como la de la próxima en Arabia Saudí se adelantan un día para que la carrera se celebre en sábado y no en domingo, debido al inicio de la celebración del Ramadán, la tradicional festividad del islamismo que prohíbe realizar cualquier actividad mientras el sol esté en el cielo, el próximo 9 de marzo. Dado que entre carreras debe haber siete días de diferencia por cuestiones logísticas, se ha adelantado no solo la celebración de la segunda fecha sino también la primera.

Más allá de esta cuestión de agendas, más serio es lo que puede pasar en Red Bull. Christian Horner, el jefe del equipo, está señalado por «comportamiento inaceptable» con una trabajadora de la escudería. La FIA, la fórmula 1 y dos de los tres altos cargos de la empresa Red Bull piden su cabeza: Mark Mateschitz, hijo del histórico fundador fallecido a finales del 2022, y Jim Farley, CEO de Ford y socio prioritario de Red Bull, le quieren fuera inmediatamente. Chalerm Yoovidhya, dueño del 51 % de las acciones de Red Bull, es el único que le defiende.