Lidia Parada, atleta: «Todo el mundo me quiere ver en los Juegos de París y siempre dije que quiero ser olímpica»
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La cuatro veces campeona nacional absoluta en lanzamiento de jabalina tuvo un 2023 para olvidar a causa de las lesiones: «Fue un año en blanco y eso es lo peor»
05 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Lidia Parada (A Pobra, 1993) es todo un ejemplo de superación, de que ante las dificultades no se puede renunciar a los sueños. La cuatro veces campeona de España absoluta en lanzamiento de jabalina lleva un tiempo alejada de los focos mediáticos. El 2023 fue un año para olvidar, aunque de él ha salido más fuerte. «Lo empecé el 1 de enero en urgencias por una sinusitis muy fuerte. Estuve 15 días con antibióticos y cuando pude volver a entrenar me puse fatal del estómago. La medicación me había fastidiado la flora intestinal», relata.
Regresó al trabajo en febrero, pero en marzo tuvo que parar una vez más: «Estaba saltando vallas y en una un pie me quedó atrás y me fui al suelo. No pude poner las manos y me di un golpe en el cuello que me tensó el hombro del brazo de lanzar. Al día siguiente hice un movimiento algo brusco y sufrí una distensión en el bíceps». Otro contratiempo que le estuvo dando la lata hasta junio.
Aunque parezca difícil, los problemas continuaron. «Me hicieron una plantilla que no estaba bien y tuve una fascitis. A mediados de agosto acabé con la rehabilitación y en septiembre regresé a los entrenamientos. Notaba el pie cargado, pero no tenía dolor. En una sesión, cuando llevaba un par de horas y faltaban 30 minutos para acabar, pisé en falso y me hice un esguince de tercer grado», relata la barbanzana.
Para poner la guinda a un 2023 horrible, cuando Parada pensaba que la fascitis volvía a hacer acto de presencia, le dijeron que tenía una calcificación en el calcáneo: «Estuve a vueltas con eso hasta mediados de diciembre».
El apoyo, fundamental
Con este panorama, no es extraño que la pobrense lo pasara mal: «Todas las semanas llamaba a mi mejor amiga llorando. Fue un año en blanco y eso es lo peor, más justo antes de los Juegos de París», señala. Por suerte, como ella misma afirma, tiene un entorno que le apoya.
«Empecé a trabajar el año pasado en un gimnasio y mi jefe me dijo desde un primer momento que adaptaría mis horarios a entrenamientos y competiciones. Los compañeros ya son amigos y se preocupan mucho por mí. También los pequeños del Atletismo Barbanza son increíbles y me dicen que me quieren ver en París. Y, por supuesto, mis amigas y mis padres me apoyan a muerte», relata una Lidia Parada que, tras lo que le ha tocado vivir, ahora dice ser «feliz. Todo lo malo del 2023 lo está devolviendo en bueno el 2024».
Acaba de comenzar el mes de marzo y la barbanzana entrena con normalidad: «Las sensaciones son buenas, cada semana me veo mejor. Es cierto que aún me falta un pelín de velocidad, de capacidad de salto y de fuerza, pero tengo ganas de competir. En años anteriores me llegó a dar pánico y tuve que recurrir a un psicólogo deportivo porque sufría ataques de ansiedad».
La hoja de ruta de la atleta de A Pobra está marcada. Su objetivo es empezar a competir en abril y hacerlo en casa, «rodeada de mi gente, que me apoya y me quiere, para desbloquearme a nivel mental. Si todo sale como esperamos, este año está el Campeonato Iberoamericano, los campeonatos de España y de Europa y los Juegos de París. Todo el mundo me quiere ver en ellos y yo siempre dije que quiero ser olímpica», apunta Parada.
En este 2024 «llegaron patrocinios de empresas y el del Concello, que ya apostó por mí y me ayudó en el 2022, cuando las federaciones española y gallega me quitaron la ayuda y ni preguntaron por mí. El apoyo del Ayuntamiento fue fundamental, porque lo estaba pasando muy mal. Yo, además, soy muy partidaria y fiel de los pueblos, desde ellos se pueden conseguir grandes cosas», explica la atleta.