Peleteiro y el cambio de paradigma

X.R.C.

DEPORTES

ADAM VAUGHAN | EFE

La gallega, que volvió a competir en un tiempo récord tras el embarazo, escenifica los nuevos tiempos: trabajo físico hasta el final y vuelta rápida a los entrenamientos

05 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hubo un largo tiempo en el que estar embarazada era sinónimo de descanso, con la practica deportiva totalmente prohibida. Sin embargo, en la última década, el cambio de paradigma ha sido radical: las deportistas de élite cada vez entrenan más tiempo durante el estado de gestación, mantienen la forma en gran medida y regresan mucho antes, y al mejor nivel, a la competición. El último caso lo representa Ana Peleteiro, que en una disciplina tan exigente por los impactos como el triple salto, se colgó el bronce del Mundial bajo techo 14 meses después de ser madre.

«El tema de embarazo y mujer ha evolucionado mucho. Al principio, se planteaba no hacer actividad física en el embarazo, evolucionó después a hacer trabajo de resistencia y, en los últimos 10 años, comenzó a haber evidencia científica de que una mujer embazada podía entrenar fuerza», comenta el preparador físico Manuel Pombo, indicando que en la actualidad se apuesta por dar continuidad al trabajo de fuerza en los dos primeros trimestres sin descartarse el tercero.

Mantener en el tiempo la actividad física mientras fuera posible lo tuvo muy en cuenta Ana Peleteiro. «Sabemos que se coidou moito e que tivo preparación ata a última semana», recuerda al respecto Óscar Fernández, entrenador e historiador de atletismo. Eso posibilitó a la gallega volver del mejor modo, perdiendo menos masa muscular y fuerza, lo que acortó los plazos para el regreso a la competición. Aquello de interrumpir la vida deportiva dos años (uno para la gestación y otro para recuperar el cuerpo) ha pasado a mejor vida.

En la actualidad, dos son los protocolos que siguen los médicos para que las deportistas de alto nivel puedan volver a entrenar tras el parto: si es vaginal, en tres o cuatro semanas; pero es si mediante cesárea, como fue el caso de Ana Peleteiro, se recomiendan un mínimo de dos meses, un plazo que en su caso acortó para volver a trabajar con Crys Díaz, que fue su entrenadora personal durante el embarazo.

La mejor triplista española de todos los tiempos no fue la primera en volver con triunfo. Lo hizo la tenista Serena Williams a los cinco meses de ser madre ganando el Abierto de Australia. Tampoco fue la primera atleta, porque en su día lo hicieron la maratoniana Paula Radcliffe (ganó una prueba 10 meses después) y la combinera Jessica Ennis-Hill (13 meses), pero Ana Peleteiro puede considerarse un caso de récord en el triple salto. «Su vuelta es más llamativa porque se trata de una atleta de triple salto, donde los impactos de fuerza que se generan en cada apoyo son muy grandes, con lo que ello supone para el suelo pélvico de una mujer que viene del embarazo», precisa la traumatóloga Luisa Ibáñez.

El suelo pélvico es un aspecto fundamental en la recuperación de Ana Peleteiro. «Correr es lo que retrasa, por el impacto, el suelo pélvico, y el triple salto lleva unos impactos muy grandes, porque no solo son los saltos de la competición, sino que para llegar a eso tienen que meter muchos saltos en el entrenamiento, con el riesgo que eso supone», explica la doctora. Pombo añade que necesita «mucha estabilidad», de ahí que su regreso se haya producido en tiempo récord, y más a este nivel.

Por otro lado, una vertiente positiva de los embarazos son los cambios hormonales, lo que puede suponer un argumento más a nivel deportivo. Los primeros que quisieron sacar tajada fueron los médicos de la extinta RDA, con un dopaje «natural» que consistía en «provocar el embarazo y el aborto para hacer las subidas hormonales y aprovecharse de esas cosas», recuerda Luisa. «Producíalle efectos positivos no corpo», añade Óscar al respecto.

En el terreno de las lesiones tras el regreso, el debate está más abierto. «No hay un riesgo mayor», dice Manuel Pombo con rotundidad, recordando que las dolencias siempre llegan «por una conjunción de factores». No obstante, Luisa Ibáñez sitúa en el foco que «durante los dos primeros años, aumenta un poco la laxitud articular y tiene que hacer mucho más trabajo específico de prevención de rodillas y tobillo. Una mala posición podría aumentar el riesgo, pero seguro que eso también lo trabaja».

Los últimos factores tras el regreso son la lactancia y el descanso, aspectos que no parecen influir en el rendimiento de una Ana Peleteiro que ha vuelto con su segundo mejor salto de siempre (14,75 metros) y que anuncia un verano pletórico. La fuerza de ser madre.