Digna respuesta a un duelo áspero

José M. Fernández PUNTO Y COMA

TORRE DE MARATHÓN

16 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Ipurúa no es terreno para paladares exquisitos. No lo ha sido nunca, ni cuando representaba el fútbol directo, de pierna tiesa y barro en las camisetas, ni ahora, en Primera y después de que el paso de jugadores como Silva, Jota o Nieto permita pensar que también en Éibar otro fútbol es posible. Aún así, novena minutos en Ipurúa exigen sufrimiento, esfuerzo y sudor. Y, al menos en eso, el Dépor respondió, incluso mejor de lo que se podía esperar. Encaró con valentía el partido, apenas concedió ocasiones de gol y buscó la portería contraria mientras tuvo resuello.

La buena noticia, además del primer triunfo de la temporada -muy necesario en vísperas de que el Real Madrid visite Riazor y del derbi de Balaídos- es que el equipo de Víctor Fernández respondió con entereza a un duelo áspero y físico; la mala, que noventa minutos todavía se le hacen demasiado largos. Llegó al tramo final sin apenas aire para mantener el inicial plan de presionar al rival, y ahí, en la ida y vuelta, cuando perdió el control, generó cierta incertidumbre.

Anunció Víctor Fernández una revolución y se confirmó, con el esperanzador debut de Sidnei, Postiga y Juanfran. El último llegó con la reserva física encendida, un aspecto al que, sorprendentemente, respondieron el central y el delantero. Pero también con Bergantiños como el ancla necesaria. Firme en defensa y trabajador de medio para arriba, falta afinar la orquesta. Aún lejos de lo que se espera de un grupo que no anda corto de talento, en Ipurúa respondió como equipo, fue práctico y ofreció señales de que al completo y rodado se puede esperar bastante más. No es poco a estas alturas.