La cocina de vanguardia vuelve a la tradición

J.M. Orriols

SABE BIEN

miguel souto

El arte de un buen cocido, bajo la batuta de Diego López

04 mar 2016 . Actualizado a las 11:37 h.

Dejó escrito Alvaro Cunqueiro que  el cocido es el  plato más completo de la gastronomía gallega  y que, ante todo,  es el mejor homenaje al cerdo. «Un cocido cristianísimo -dice el escritor mindoniense- y muy adecuado para los duros febreros del clima galaico, requiere, desde luego, tiempo para comerlo despacio, y tiempo para digerirlo en paz». 

 Y Diego López, elegido mejor cocinero de España  en el Fórum Gastronómico celebrado en A Coruña y  continuador,  con su hermana Ana, del restaurante La Molinera de Lalín, que en 1985 fundaron sus padres Mila y Alfonso, sigue al pie de la letra las pautas que rigen  la preparación de un buen cocido, lejos, desde luego, de experimentos más o menos acertados, de un plato que  es un auténtico icono de la gastronomía gallega. «Yo también hice alguna prueba ?explica Diego? con cocciones a baja temperatura y otros métodos de la cocina actual, pero  llegamos a la conclusión de que es imposible mejorarlo. Así que  optamos por la receta de siempre que, además,  es la  que nos demandan nuestros clientes». 

Todo un arte

Y aunque pueda parecer que elaborar un cocido no tiene ciencia, porque a ojos del profano, el cocinero  se limita a cocer los buenos productos del cerdo y de la huerta, la realidad es que todo un  arte. «Hay que escoger, meses antes, el mejor producto -añade Diego- seguir su evolución en la salazón y el secado, encontrar el punto óptimo de maduración y  tener mucha paciencia para desalar la carne durante dos días en agua corriente y siempre poniendo la piel mirando hacia  arriba. Después  cocer la carne por separado durante horas y vigilar constantemente con un tenedor  o cualquier elemento punzante, su evolución, porque cada pieza tiene su tiempo.  Por ejemplo la cabeza y las uñas son  las que más tardan en estar en su punto. Y, como último paso,  cocinar  con el caldo de la carne, chorizos, patatas y verduras, a poder ser, todo por separado».

«Guiso de navallas e algo máis»

Pero en La Molinera no todo es cocido, porque también este joven cocinero nos ofrece preparaciones originales y exclusivas como su  «guiso de navallas e algo máis», un plato en el que combina perfectamente el sabor del mar y del campo, congelando las navajas para que rompan la fibra y cociendo los tendones de la ternera hasta que queden melosos. El conjunto es toda una exquisitez. Pero extraordinarios están también los calamares con crema montada de puerros o la cazuela de verduras. Ya para los postres recomendables las filloas, leche frita, cañas, rosquillas y el queso cremoso con membrillo casero. En este restaurante podremos acompañar la comida con una gran variedad de vinos de la práctica totalidad de las  D. O. españolas.