Sanz incidió en la falta de identificación de muchos superdotados

Rocío Perez Ramos
R. Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

MARCOS MÍGUEZ

Esta experta abrió en el Laxeiro unas jornadas de atención educativa a alumnado de altas capacidades

12 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Carmen Sanz Chacón, experta en inteligencia humana, superdotación y altas capacidades habló ayer en el IES Laxeiro de la importancia del diagnóstico de los escolares con altas capacidades para poder darles un tratamiento educativo adecuado. Para ello, subrayó la necesidad de formación del profesorado y de información a los padres.

Con esta ponencia se abrían unas jornadas de atención educativa al alumnado de altas capacidades organizadas por el Centro de Formación e Recursos de la Consellería de Educación. Sanz apuntó que hay en España más de 140.000 niños superdotados que no están identificados y que tenían que estar recibiendo educación especial. Señaló que si no se identifican «muchos de estos niños terminan con diagnósticos erróneos, medicados para el TDH, con problemas de conducta, de Asperger, fracaso escolar y muchos también sufren acoso escolar». «Niños que _señala_ acaban con depresión, baja autoestima o incluso abandonan los estudios y estamos perdiendo a los niños más inteligentes por no atenderlos adecuadamente». Son escolares, indica, que en Primaria no tienen problemas porque sin ningún esfuerzo y sin estudiar aprueban, pero van subiendo de curso y vienen los suspensos.

Destacó el interés de los profesores por la atención a las altas capacidades, que se plasmó en la elevada afluencia a la jornada del Laxeiro, y la importancia de seguir dando pasos en la formación de los docentes y en proporcionarles recursos adecuados. Apuntó actuaciones interesantes como la creación de una aula abierta de altas capacidades, con actividades especiales y que Manuel Corredoira, director xeral de Educación, FP e Innovación Educativa que participó en la jornada, acogió apuntando que son actividades que los directores de los colegios pueden poner en marcha.

Explica que «hay una especie de filosofía en la enseñanza de que los niños tienen que ser iguales y no es así. El porcentaje de alumnos excelentes en España está muy por debajo de la media europea y esto es porque se nos están perdiendo muchos niños superdotados por el camino».

«Los padres tienen muchas veces miedo a que lo señalen como un niño especial, pero tienen que concienciarse que es un niño con necesidades especiales y exigir una educación especial porque la ley les ampara», indica. Recomienda a padres y profesores que ante un niño que crean que puede ser superdotado «que lo pongan en manos del orientación para que lo confirme y que no se queden con la duda y lo evalúen». En el campo de la educación apunta la necesidad de que la Administración ponga en marcha un programa de altas capacidades, que unido a una mayor implicación de padres y profesores puede hacer que, «la inteligencia no acabe siendo una maldición» y puedan desarrollar su talento.