Los apicultores vaticinan un mal año, con un 40 % menos de miel

Rocío Perez Ramos
RocÍo RAmos LALÍN / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Pesó la lluvia en época de floración, el adelanto de las velutinas y la varroa

21 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque en la zona la recogida se lleva a cabo en agosto o principios de septiembre, la temporada no pinta bien y los apicultores de la zona coinciden en que será un año flojo. David Liñares, de la empresa lalinense De Liñares, calcula que podrá recoger «un 40 % menos que o ano pasado, que foi unha colleita normal». Las causas son múltiples y se combinan en un cóctel del que forma parte el cambio climático, la acción de las avispas velutinas y los estragos de enfermedades como la varroa.

Liñares cuenta que el cambio climático agrava la situación año tras año e «non se sabe nunca o que vai a pasar». Este año, cuenta, «a primeira parte do ano o brezo saíu malísimo, non se xuntou apenas mel e no castiñeiro podíase meter algo, as condicións viñeron máis ou menos boas pero xisto na metade cortouse polo tempo». Pasadas las lluvias subieron mucho las temperaturas, lo que facilitó la reproducción de las avispas velutinas que adelantaron su ciclo este año. El viento tampoco ayudó «fixo bastante norte e nordés e sobre todo o nordés seca moito a flor e as abellas non dan collido néctar».

Este año, indica, «as velutinas adiantáronse 20 días respecto ás datas nas que viñan outros anos» y ya están dando bastante guerra. Otros anos, apunta, «nas zonas onde eu teño abellas soían atacar a principios de agosto e este ano xa levamos dende o 10 de xullo que están collendo abellas. Iso fai que os niños nesta época van ser o dobre de tamaño dun ano normal e vanse reproducir moito máis e facer moito mais dano». Liñares advierte que esta situación hace que las velutinas diezmen las colmenas y el año que viene se empiece ya con un déficit de abejas en las colmenas que tardarán un montón en arrancar la temporada. Este año, su proliferación hace también que las velutinas no dejen ahora a las abejas acabar de coger la miel y obtener sus reservas. Liñares se queja también de un precio global y de los graneles muy bajos lo que hace, dice, «que hai que traballar moito e ao final, cobres os gastos algún ano», sentencia. Critica que «a nivel global o 45 % da mel que se vende e fraudulento e non é mel, son siropes ou sucedáneos, que veñen de China, sobre todo, e temos que competir con iso».

Alberto Mato, de la lalinense Antoxo do Carrio, coincide en el adelanto del ciclo de las avispas velutinas que «se adelantó un mes» y ante su proliferación, las abejas están a la defensiva y consumen más miel para ellas. El tiempo, asegura, también jugó en contra y, al igual que apuntan otros apicultores de la zona, «al principio parecía que la cosa prometía pero en la época en la que la cosecha podía ser mejor, cayó».

Fernando Pájaro de Casa Pájaro señala que en las zonas más bajas las avispas velutinas están causando daños en los colmenares, librándose de momento los que están en zonas más altas, donde la temperatura es menor. Los apicultores se ayudan del trampeo para hacer frente a las velutinas y de los tratamientos para intentar mantener a raya la varroa, retos ambos que no siempre son fáciles.

«Non se pode co cambio climático e o que máis se nota é a irregularidade»

Martín Cañedo de A Estrada explica que «este año non se vai a coller case produción, é dos peores que recordo case». Señala que «de castiñeiro aquí levamos tres ou catro anos sen produción e a mel xa nin sabe a mel a castaño nos últimos anos, e o brezo temos só o de verán, que están agora nel, pero vai a ser anecdótico e o pouco que hai é de eucalipto, pero moi xusto». En A Estrada, el fuerte es el eucalipto y los frutales de principios de la primavera y luego el castaño y el brezo de verano. Este año, asegura Cañedo, «fallou todo». Influyó mucho «o tempo que veu do revés como se soe dicir. Todo veu moi adiantado e empezou a chover cando tiña que facer sol e cando estaban as floracións a pleno rendemento é cando se puxo a chover e foi un tempo moi irregular». Una inestabilidad que influyó de forma negativa en una primavera que vino adelantada. Al igual que en otras zonas, en la de A Estrada, se siente también con fuerza la presencia de las avispas velutinas. «O brezo o pouco que hai o van aproveitar pouco por culpa das velutinas que aquí están a pleno funcionamento como especie instalada».

Cañedo empezará a recoger la cosecha en septiembre aunque las expectativas no son buenas y cuenta que «parecía que prometía a tempada pero non, e a xente que se dedica profesionalmente a isto está condenada a ir cambiando as colmeas de sitio e ir levándoas a zona de eucalipto, logo a zonas de castiñeiro boas e trasladalas á montaña no verán para escapar da velutina». Al igual que otros compañeros del sector coincide en que «o cambio climático non se pode con el» y lo que más nota es la inestabilidad y la irregularidad. «Ven unha vaga de calor intensísimo en maio que parece que estamos en agosto, agora non acaba de facer calor, é todo moi randon», afirma.

Robo de seis colmenas en Vilanova y en Filgueira

Por si fuera poco, a los numerosos problemas que se enfrentan los apicultores se suma también el robo de colmenas. Una práctica que trasciende de cuando en vez por la denuncia de algún profesional del sector. Fernando Pájaro de Casa Pájaro sufrió hace unos años el robo de 20 colmenas y hace poco acaba de sufrir otros dos robos que, en principio, podrían haber sido causados por personas distintas.

En uno de los casos, los ladrones se llevaron cuatro colmenas del Abeleda, en la parroquia lalinense de Vilanova y en el otro, hurtaron dos colmenas que estaban en la parroquia de Filgueira. Al menos uno de estas sustracciones no le resultó gratis al autor o autores porque al tratarse de una zona muy inaccesible en los aledaños del colmenar quedaron restos del coche tras el golpe que se dio el supuesto ladrón.