La marcha en diferido de un alcalde de Silleda con malas cartas en la partida del próximo 18F

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

11 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Cuíña escenificará hoy en un encuentro con la prensa su anunciada renuncia a la alcaldía de Silleda. Una marcha en diferido, postergada unos meses tras firmar su dimisión el pasado julio en pleno pulso PSOE-BNG por los sueldos. Entonces hubo acuerdo sobre la bocina entre ambas formaciones donde los nacionalistas hicieron valer sus posiciones. Y Cuíña siguió en el cargo porque el escrito rubricado para irse no se había refrendado en pleno. Eso sí, entonces no quiso dar la cara en la sesión donde se aprobaban los salarios para el mandato alegando un viaje y el mal trago de presidir le tocó pasarlo a Monica González como teniente de alcalde.

Una salida en falso tras especularse en los meses previos a las elecciones municipales con que se haría a un lado. Pero todo volvió a girar, algo bastante habitual en el PSOE trasdezano, y Manuel Cuíña lideró la candidatura quizás convencido de que podrían repetir la mayoría absoluta y después emprender una marcha tranquila. Porque, como él mismo afirmaba este martes en Radio Voz, está cansado por la exigencia del cargo. Pero no hubo esa mayoría absoluta y tocó lidiar con un BNG enardecido al duplicar concejales. Además, con cuentas pendientes que se quiso cobrar cuanto antes. La salida de Matías R. da Torre del gobierno bipartito en su momento aún escuece entre los nacionalistas con solera en plaza que las nuevas generaciones asumen.

Fueron semanas convulsas donde Cuíña quedó en buena medida apartado de las negociaciones para evitar roces extra, que tampoco logró atemperar Paula Fernández. Al final las cúpulas de ambos partidos mediaron y el órdago con la dimisión del regidor se arrinconó. Pero sin los sueldos propuestos de inicio. La conclusión de las obras del nuevo consistorio parecía enotonces el objetivo antes de mover ficha, para inaugurarlas con boato y con Manuel Cuíña ejerciendo como alcalde. Llegó y pasó el día, en noviembre, recuerden. Hubo arrope del partido y quizás se comenzaba ya a hablar de una salida para el cansancio de Cuíña con las autonómicas en el horizonte.

En cualquier negociación dentro de un partido para confeccionar unas listas siempre hay tiras y aflojas. Yo quiero ir aquí, tú no puedes porque hay otros con más representatividad y potencial de votantes. Y en ese sentido Deza en las filas socialistas no figura en posiciones de cabeza por su peso, aunque se ostenten dos alcaldías, la silledense con gobierno en minoría y la de Rodeiro en pacto con otro partido.

El listón en la provincia pontevedresa para el PSOE está en el puesto cinco. Recordemos que obtuvo ese número de diputados autonómicos por los pelos en el 2020 y en convocatorias anteriores eran cuatro. Y puede que Cuíña pidiese precisamente esa última posición, para garantizarse su salida a Santiago. O que al menos se conformase con la quinta ante el peso de Vigo y Pontevedra, o la pataleta de O Salnés. Ni uno ni otro, le toca jugar desde el sexto puesto. Malas cartas para la partida del 18F, salvo sorpresa y fallo de todas las encuestas hechas hasta el momento.

Todo apunta a que hoy Manuel Cuíña renuncie al cargo y mañana viernes, esta vez sí, se refrende por acuerdo plenario como piden desde Secretaría. Acabarán 17 años de política local para el silledense iniciados en el 2007, una etapa de claroscuros, con el saneamiento de la cuentas municipales, humanizaciones o residencia entre las luces. Pero también con sombras, como su reprobación cuando era teniente de alcalde, la licencia para su piscina o las otorgadas para la construcción de unas granjas de porcino de Klaus Brey, sin olvidar contratos en entredicho desde la oposición. Ahora le tocará hacer un esfuerzo para ganar la partida en las autonómicas pese a sus cartas a cara de perro. Aunque siempre le queda su labor empresarial.