La policía afina puntería en A Estrada

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

miguel souto

Cuatrocientos agentes locales inician en la academia estradense las prácticas del plan anual de tiro

18 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El plan formativo de los policías locales gallegos incluye seis meses de prácticas en los que, entre otras cuestiones, los agentes se familiarizan con el manejo del arma. Todos los policías llevan por ley una pistola 9 milímetros Parabellum. Por fortuna, la mayoría no se ven obligados a usarla en su día a día.

Sin embargo, es vital que los conocimientos no se oxiden. Ese es el objetivo de los planes anuales de tiro que organiza la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Como mínimo dos veces al año los policías tienen la obligación de pasar por la galería de tiro para refrescar la formación adquirida, corregir defectos y ganar experiencia en el manejo del arma. En la sede estradense de la Agasp comenzaron ayer las prácticas la primera remesa de funcionarios de la nueva edición del plan de tiro. Cerca de 400 agentes de distintas policías locales gallegas emplearán unos 10.600 cartuchos en afinar su puntería. «Se trata de no olvidar el manejo del arma y el disparo. Si es necesario efectuarlo, que no te quedes paralizado», explica José Bouzas, responsable de los planes anuales de tiro. «Para un policía, el arma es parte de la uniformidad. Es imprescindible coger habilidades y habituarse a ciertas cuestiones, como el ruido, por ejemplo», indica.

Una herramienta mortal

En las prácticas, los agentes entrenan hora y media, repasando las medidas de seguridad y puliendo la técnica. Disparan solo 50 cartuchos. No se trata de tirar por tirar, sino de adquirir los hábitos correctos. «Para un policía, un arma es una herramienta de trabajo, pero es una herramienta que mata. Es peligrosa para los demás y para él mismo», recuerda Bouzas. «Ocurre una cada millón de veces, pero cuando un policía dispara a la persona equivocada se enfrenta a responsabilidades civiles además de las penales y hasta a perder su empleo», comenta. Y no es tan difícil como parece. «En la galería se dispara sin estrés, sin tensión, pero cuando alguien te está apuntando a ti entran en juego otros factores, como el miedo a morir o el efecto túnel, es decir, no ver más allá del objetivo», explica. Por eso para realizar un auténtico entrenamiento de tiro lo ideal son los denominados «cursos bajo estrés». «Si algún día ocurre algo, es lo que va a pasar. Se trata de mecanizar la práctica para que las cosas salgan sin necesidad de pensar, porque en esos momentos no se piensa», explica Bouzas.

Por la galería de tiro de la Agasp pasaron ayer agentes de Nigrán, Moaña, Gondomar o A Estrada. Como Manuel Parcero, agente de la Policía Local de Nigrán. En sus 13 años de servicio nunca tuvo que disparar. «Y espero no tener que hacerlo nunca», confiesa. En cambio, le tocó desenfundar más de una vez. En una ocasión, ante un individuo armado con un hacha. «La formación es muy importante», corrobora. «No solo por disparar y darle a un blanco sino por refrescar las medidas de seguridad o de manejo del arma», cuenta.