Veinte técnicos pasaron la noche en vela para asegurar el éxito del traslado del servicio a la sede estradense
20 abr 2017 . Actualizado a las 00:57 h.Doce menos cuatro de la mañana. En la puerta del Centro Integral de Atención ás Emerxencias (CIAE) de A Estrada, dos trabajadores echan un pitillo rápido. Se quejan de los minutos de vida que pierden en el trayecto entre Santiago y A Estrada. Del nuevo centro de trabajo no tienen queja. De entrada. Tirándoles de la lengua, consideran que «es todo muy grande». «Para llegar a la sala de descanso pierdes dos minutos», señalan. «El acceso es un poco rebuscado», indica otro empleado en tránsito. En el interior del edificio, el personal se concentra en hacer bien su trabajo en una enorme sala con 77 puestos para operadores de los que solo seis están ocupados.
Los dos máximos responsables del traslado son el director xeral de Emerxencias, Luis Menor, y el gerente de la Axencia Galega de Emerxencias (Axega), Juan José Muñoz. Tienen los ojos cansados y la expresión satisfecha de quien ha corrido un maratón y ha conseguido llegar a la meta. En el edificio contiguo al CIAE está la Academia Galega de Seguridade Pública. Dispone de una residencia que la noche del martes se abrió para que los supervisores de la operación pudiesen echar una cabezada. «Eu deiteime dúas horas, pero non durmín. Demasiado café», confiesa Juan José Muñoz. Demasiada cafeína y demasiada tensión en un traslado planificado desde hace meses y ejecutado con el contratiempo de una huelga laboral que redujo los efectivos de la noche clave a un 80 %. Cinco operadores telefónicos del 112, un coordinador y un enlace trabajaron en el turno inaugural de la sede estradense con el respaldo de un equipo integrado por veinte técnicos expertos en la nueva plataforma informática, redes de telefonía y almacenamiento de datos.
La primera llamada
«O que destacamos é que non temos nada que destacar», se congratula Juan José Muñoz. La normalidad era precisamente lo que se buscaba. «Á unha menos cuarto fixemos a conmutación de chamadas de telefonía do antigo centro do 112 en San Marcos para este», cuenta el gerente de la Axega. «Ás 0.51 horas entrou a primeira chamada na Estrada e o centro de San Marcos enmudeceu», precisa Luis Menor. El CIAE se inauguró sin glamur. Con una llamada de la Guardia Civil de San Cibrao por una incidencia con un perro suelto.
Las estadísticas que recomendaban hacer el traslado la noche del martes se repitieron. El turno fue tranquilo. Se atendieron 326 llamadas y se abrieron 78 incidencias. Nada fuera de lo habitual: una treintena de llamadas sanitarias, siete accidentes de tráfico, salidas de vía y atropellos de animales; cinco incidencias en la vía pública y cuatro incendios. Hasta las 15.50 horas se mantuvo activo en paralelo el centro de San Marcos. El plan B, si la nueva plataforma fallaba, era echar mano de la antigua, instalada en una decena de ordenadores. El C, tirar de San Marcos, pero no hizo falta. «Estamos máis seguros ca nunca. Temos unha plataforma mellor e todos os servizos redundados. O centro de San Marcos queda agora como centro de respaldo e garantía de atención se, no peor dos escenarios, unha catástrofe obrigara a abandonar este», cuenta el gerente de la Axega.
Pese a la euforia de la Administración, el comité de empresa habla de traslado «temerario». Por la huelga que hoy dejará los servicios mínimos en el 60 % y por los fallos de la plataforma. «Teño centos de mensaxes dos traballadores no WhatsApp. A estrea foi un desastre. O programa bloquéase, desaparecen incidencias e os operadores nalgún momento tiveron que utilizar móbiles para mobilizar ós medios», asegura la presidenta, Isabel Moares.