El hackeo masivo en el García Barros data al menos del mes de febrero

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

miguel souto

Profesores del centro estudian presentar nuevas denuncias a título particular

25 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El hackeo masivo en el instituto Manuel García Barros de A Estrada data, al menos, del pasado mes de febrero, a la vista de los elementos que se están analizando tras la denuncia presentada por el centro ante la Guardia Civil el pasado viernes. Un hecho que, unido a que los autores de los hechos se habían hecho con las contraseñas de la práctica totalidad de docentes, ha creado un ambiente lleno de suspicacias en este agitado final de curso del instituto estradense. Además de la investigación del instituto armado, docentes del propio centro tratan de comprobar posibles direcciones IP de intrusos, con la ayuda de un coordinador TIC ?Tecnologías de la Información y la Comunicación? al que se multiplica el trabajo desde hace días. En este clima de falta de confianza el profesorado va tratando de averiguar hasta donde han llegado las intromisiones en sus cuentas de correo privadas.

En la comunidad educativa se señala que en el centro «hay de todo: autores materiales, cómplices y encubridores». El profesorado lamenta la falta de colaboración del alumnado para frenar en su inicio una situación de la que no se sabe a ciencia cierta la repercusión: «En febrero, o en marzo, pudo haber alguna comunicación, aunque fuese anónima, para frenar la cuestión, sin llegar a la actual situación». También irrita el descubrimiento de pantallazos de Facebook e Instagram, con mofas por el hecho de que los docentes no se enterasen de que los alumnos tenían el control del sistema informático.

Entre el alumnado aparecen mensajes públicos en redes sociales sobre la situación que atraviesa el García Barros: «No valen firmas ni valen disculpas, porque hay más implicados de los esperados. Y los que conocíamos la situación callamos, y eso nos otorga el apodo de cómplices», pero indicando al tiempo que no se puede delatar a alguien sin pruebas.

«Próximo a esclarecer»

El delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, indicaba ayer en la Agasp que lo sucedido se limita a un entorno escolar, tras la denuncia presentada por «un profesor, en nome do profesorado. Está aberta a investigación, pero xa hai xente investigada pola Garda Civil. Sabemos o número de alumnos implicados, están traballando neso e próximo a esclarecer. Esperemos que proximamente se solucione», limitando la cuestión a la comunidad escolar: «Non pensamos que vaia máis alá que algo relacionado con temas educativos», aunque se mirará si existe alguna infracción que pueda afectar al Código Penal.

Distinto es lo que pueda suceder en el futuro. Porque a día de hoy son muchos los profesores que apuntan la posibilidad de presentar denuncias a título particular, aparte de la presentada por el centro el pasado viernes, y ampliada el martes con toda la información reunida sobre el caso en el García Barros. De concretarse esa posibilidad, el caso podría alargarse en el tiempo, porque el enfado del profesorado al saber que su privacidad fue vulnerada es grande.

Un claustro extraordinario decidió por amplia mayoría suspender la graduación

El instituto estradense acogió ayer por la mañana la celebración de un claustro extraordinario: sobre la mesa, la decisión de suspender o celebrar el acto de graduación mañana viernes. Hubo alguna abstención, y algún apoyo a mantener un evento de despedida a los alumnos de 2º de Bachillerato que dejan el centro educativo, pero fue una abrumadora mayoría la que votó la supresión del acto de graduación.

Los profesores no se ven con espíritu de celebración: el martes, en la entrega de boletines de notas, una de las integrantes del equipo directivo pidió a los estudiantes de 2º de BAC ?en torno a 80? que levantasen la mano quienes no sabían nada del hackeo masivo en el centro. Y fueron solo dos o tres, número similar a los que dijeron ?antes de trascender a los docentes? que esas acciones estaban mal. Y eso, pese a que el robo de exámenes y la consulta de notas eran de general conocimiento. Cuando la profesora preguntó por los cabecillas, no hubo ninguna mano alzada.

Una entrega de notas tras la evaluación del lunes: evaluación en la que no tuvieron éxito voces que demandaban un aplazamiento de las calificaciones, hasta que se conociesen más detalles del hackeo con el que la mayoría de docentes se dieron de bruces el viernes 19. Triunfó la tesis de la presunción de inocencia. Aunque a la vista de lo que se supo después, la inocencia ya no da para aguantar el acto de graduación.