Pareja de ases en entrenamiento canino

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

cedida

Los dos grandes referentes estradenses en rescate, Miguel Carbajal y José Louro, afrontan juntos nuevos retos

01 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los estradenses Miguel Carbajal y José Louro tienen dos cosas en común: su pasión por los perros y su implicación absoluta en el desaparecido grupo canino de rescate de la agrupación de Protección Civil de A Estrada. El primero, fue el fundador. El segundo, curiosamente, fue el que, con su abandono hace casi un año, desencadenó la desintegración del equipo. Los dos acumularon reconocimientos internacionales en pruebas caninas pero ninguno dudó en abandonar el barco cuando dejó de sentirse cómodo a bordo. Lo que no pudieron fue desengancharse de su adicción al adiestramiento canino. Y como son hombres inquietos a los que los nuevos retos les motivan, al final, sus caminos acabaron convergiendo.

Miguel Carbajal es un todoterreno. Profesor de profesión y de vocación, lo mismo se sube al escenario con el grupo Sinerxía, que se inicia en la animación stop motion con mensaje social o se tira de cabeza al raid hípico de competición. En 1988 empezó a entrenar perros de la mano del Clube Do Sorribas (Padrón) y sacó el título oficial de entrenador. Fue fundador y formador -desde 1997 al año 2000- del grupo de perros de rescate de Protección Civil de A Estrada, responsable del operativo de los perros desplazados a Turquía en el terremoto de 1999 y campeón de España de rastro deportivo en el 2000. Con su pastor belga Tango fue seleccionado para tres campeonatos del mundo de entrenamiento, además de ser campeón de España de obediencia, rastro y protección.

Carbajal empezó a compartir con Louro entrenamientos en el 2013. El segundo -que trabaja como policía local- estaba en el grupo canino de Protección Civil y participaba en competiciones de rescate. Carbajal le echó un cable en las pruebas de obediencia y su pupilo consiguió clasificarse para dos mundiales y proclamarse en Francia campeón de rescate en grandes áreas. Cuando la desilusión hizo mella en su trabajo en el seno del equipo de rescate canino -que abandonó alegando falta de respaldo institucional-, Louro volvió a recurrir a Carbajal, que ya llevaba tiempo entrenando en un deporte minoritario todavía llamado mondioring. Es un deporte canino reconocido por la Federación Cinolóxica Internacional (FCI) que nació hace unos veinte años. En Galicia está poco implantado. Hay solo dos clubes -el Zarzallo de As Pontes y el de Ribadumia- y apenas una treintena de deportistas federados.

Saga de vencedores

Dos de ellos entrenan en una pista de Ouzande con el objetivo de presentarse este otoño a las pruebas de grado uno, el nivel inicial de mondioring. Carbajal entrena a Raiser, un pastor belga malinois que lleva el nombre del padre del adiestramiento canino moderno y comparte abuelo con Tango. Su padre, además, fue subcampeón de Bélgica de ring belga, el deporte que, fusionado con el ring holandés y el francés, dio lugar al mondioring. Buena saga.

Louro entrena a Rocco, otro pastor belga con demasiado carácter para el rescate pero gran potencial para el mondioring. «Es un deporte interesante porque no solo es entrenar. Tienes que enseñarle al perro a resolver situaciones él solo, a buscarse la vida. El reglamento es muy abierto y a veces dos más uno no son tres sino tres y medio», explica Louro. El estradense echa de menos del rescate canino su vertiente social. «Si además de divertirte puedes ayudar en las búsquedas de personas, mejor», explica. No obstante, ahora está centrado en el mondioring. Y dándolo todo de nuevo.

Primer test superado

Por lo de pronto, tanto Raiser como Rocco han superado la primera prueba, un test básico de carácter que determina si son aptos para el deporte canino. Ellos lo son y sus propietarios están dispuestos a echarle horas para modelar la materia prima. «Entrenamos tres días por semana mínimo e, se podemos, todos os días», confiesa Carbajal.

«O 98% dos grupos de rescate canino son unha falsidade e poden deixar unha persoa atrás»

Como experto en adiestramiento y en rescate canino, Carbajal lanza una advertencia. «O 98 % dos grupos de rescate canino son unha falsidade. Non están preparados e non é unha broma. Na competición deportiva se non estás preparado, non gañas, pero no rescate poden deixar unha persoa atrás...», cuenta. «Sei que vindo de min pode parecer resentimento, pero non o é. Hai excepcións, pero o global son grupos vistosos de cara á galería, pero non operativos», explica. «Para facer rescate ou salvamento nunha praia precísase unha validación oficial, pero para rescate canino serve unha homologación dunha asociación privada», invita a reflexionar.

Un deporte en el que se enseña al perro a morder pero solo cuando sea necesario

El mondioring engloba tres apartados que hay que trabajar con los perros: obediencia, saltos y protección. En las pruebas de obediencia el animal ha de ser capaz de permanecer tumbado un minuto sin moverse y superando todo tipo de distracciones, de rechazar cualquier alimento que se le ofrezca o de resolver cómo portar un objeto cualquiera. En salto el perro tiene que demostrar su agilidad con saltos de altura, longitud y empalizada. Por último, en protección ha de ser capaz de discernir situaciones de peligro en las que debe morder a un malhechor para defender a su dueño. Tiene que resolver imprevistos y lograr tal grado de obediencia que debe asumir la orden de soltar la mordida en solo dos segundos. De lo contrario, queda descalificado.