Sin dejar cuestiones de infraestructuras, la Xunta firmaba ayer el contrato de las obras para ejecutar el primer tramo de prolongación de la autovía desde Santiago hasta A Estrada. Se trata de 3,5 kilómetros entre A Ramallosa y el enlace con la carretera AC-241 en Pontevea. El inicio de las obras para dar continuidad a la AG-59 está previsto en octubre.
En la firma del contrato participó la conselleira de Infraestruturas e Mobilidade, Ethel Vázquez, junto al director xeral de la Axencia Galega de Infraestruturas, Francisco Menéndez, el alcalde estradense, José López, la regidora de Teo, Lucía Calvo, y responsables de la unión temporal de empresas adjudicataria, integrada por Vías y Construcciones y Movimiento de Áridos y Construcciones de Arosa (Marconsa). El contrato supera los 27,2 millones de euros, con veinte meses de plazo de ejecución.
La ampliación de la autovía entre A Ramallosa y Pontevea, en el municipio coruñés de Teo, discurrirá paralela el vial AC-841, con cuatro carriles de 4 x 3,5 metros, además de una mediana de 1 x 2, junto aceras exteriores e interiores. Además se actuará en dos enlaces de ese futuro tramo de la AG-59, adaptando el existente en A Ramallosa con la AC-841 y creando uno nuevo sobre la AC-241, al final de la continuación de la autovía, rematado en una glorieta. Habrá que construir un viaducto, tres pasos inferiores y dos superiores.
De forma paralela la Xunta trabaja en la segunda fase para rematar la autovía, con el tramo de cuatro kilómetros de Pontevea hasta O Rollo, ya en A Estrada, con 34 millones de coste. Unirá el enlace de la AC-241 con la PO-841, paralela al vial autonómico.