Un expediente de ruina amenaza el proyecto social de Entropía en Oca

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

E CUIÑA

Una denuncia anónima motivó la inspección urbanística de la sede del colectivo

30 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El proyecto social que la Asociación Sociocultural Entropía ha puesto en marcha en la aldea de O Abelao, en la parroquia estradense de Oca, está en la cuerda floja. La culpa la tienen unas serie de denuncias anónimas presentadas en el Concello alertando del mal estado de las dos viviendas que el colectivo tiene en régimen de cesión y que utiliza parcialmente como local social y como residencia temporal de personas de paso que se acercan a colaborar con la iniciativa.

Las viviendas son propiedad de un particular que en su día las ofreció en Milanuncios para algún proyecto de dinamización rural. Las casas, que son de principios de siglo, estaban abandonadas por completo, y a su dueño se le ocurrió cederlas para salvarlas de la ruina.

La destinataria de la propiedad fue la asociación Entropía, impulsada por las educadoras sociales Noa Devesa y Ana López, que constituyeron el colectivo para encauzar su sueño de crear un espacio de intercambio de saberes para dinamizar la zona rural. El trato fue el siguiente: el dueño cedía gratis la propiedad —las dos casas y su finca— al colectivo y este se comprometía a ir rehabilitando las viviendas poco a poco y a convertirlas en un centro de dinamización rural.

El desembarco de Entropía en O Abelao se produjo hace ahora tres años. La asociación llegaba llena de ilusión, dispuesta a poner en valor la propiedad y a convertirla en centro de animación rural, intercambio de saberes y contacto intergeneracional. Las impulsoras del proyecto se rodearon de un círculo de colaboradores y entre todos se fue adecentando por dentro uno de los inmuebles, con el objetivo de crear un local social. Se echó mano, sobre todo, de la autoconstrucción para ir haciendo pequeñas reformas interiores. Sin embargo, nunca llegó a afrontarse una reforma estructural en condiciones de las viviendas.

Y es en ese punto donde llegaron los problemas. Pese a la ilusión desplegada por el colectivo y a su afán de organizar actividades abiertas e inclusivas, el choque cultural entre la filosofía de vida de los nuevo vecinos y la de los de toda la vida fue enorme. El recelo hacia las fiestas o talleres organizados en O Abelao fue creciendo y culminó en una denuncia por el mal estado de las viviendas que obligó a intervenir al Concello. El Concello envió entonces a los técnicos a revisar los inmuebles y la visita culminó con un informe que concluye que, en su estado actual, las viviendas no son habitables.

La asociación busca fondos para poder rehabilitar las viviendas

El informe elaborado por los técnicos municipales constató que las dos construcciones cedidas a Entropía no reúnen las condiciones necesarias para ser habitadas. El Concello concedió un plazo al colectivo para iniciar la rehabilitación de las estructuras, que de lo contrario serán declaradas en estado ruinoso, con lo que no se podrían utilizar ni como vivienda ni con uso social.

Desde la asociación, Noa Devesa explica que ya se han dado los primeros pasos para regularizar la situación. Se ha recurrido a un estudio de arquitectura sensible con las inquietudes de la asociación —como la bioconstrucción y la autoconstrucción— que se ha ofrecido a elaborar un proyecto a precio de coste para que la rehabilitación pueda llevarse a cabo. La regularización de las construcciones es especialmente compleja porque se trata de viviendas muy antiguas que carecen de proyecto previo sobre el que trabajar.

Aunque la asociación ha hecho algunos trabajos menores de acondicionamiento por su cuenta, para frenar el expediente de declaración de ruina se requiere un proyecto oficial firmado por un técnico y una licencia de obra. Entropía está recaudando fondos —este viernes 2 de febrero hay una fiesta de pre Entroido— para salvar su proyecto. Si no se lograse paralizar el expediente de ruina, las casas no serían demolidas porque están catalogadas y protegidas en el PXOM como viviendas tradicionales, pero ya no podrían utilizarse, con lo que la asociación perdería la sede en la que tanta ilusión ha invertido.