Un chaval encontró en el paseo del río Pontiñas una pistola cargada

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

M. souto

Carece de número de serie y fue entregada en el cuartel de la Guardia Civil de Lalín

22 mar 2017 . Actualizado a las 10:30 h.

La sequía dejó este año los cauces de los ríos muy bajos para esta época del año. Una mayor visibilidad que hizo posible que hace unos días un chaval de unos doce años encontrase en el cauce del río Pontiñas, en pleno paseo fluvial de Lalín, una pistola.

El arma fue entregada por la familia del adolescente en el cuartel de la Guardia Civil de Lalín, donde se investiga su posible origen. Se trata de una pistola de pequeño tamaño, del calibre 6,35, que se encontraba en mal estado y que contenía munición. Las fuerzas de seguridad barajan la posibilidad de que alguien la tuviese en su casa y se quisiese desprender de ella para evitar problemas tirándola al río.

De momento, al parecer, se apunta que no tiene nada que ver con ningún suceso conocido. Se cree que el deterioro que presentaba podía haber sido producto de la permanencia del arma en el agua.

La pistola fue encontrada en el paseo Pontiñas en la zona donde se encuentra el paso que cruza por debajo del viaducto de la Nacional 525, y que es utilizado además de para recorrer el paso como acceso a la zona del centro comercial Pontiñas. En esta zona una reciente limpieza de maleza dejó también al descubierto más el cauce.

El arma no tenía ningún número de serie que permita de momento su identificación. Borrarla es una práctica habitual en este tipo de armas para evitar responsabilidades sobre su posesión.

De momento, la Guardia Civil mantiene abierta una investigación para intentar saber algo más sobre la procedencia de este insólito hallazgo.

Se apunta desde las fuerzas de seguridad que la pistola de ese calibre es un modelo común y que durante el proceso de extracción del arma del río y la entrega de la misma, las personas que realizaron el hallazgo actuaron con suma cautela y que no se produjo ninguna situación de riesgo en ningún momento.

Pese a todo, para el chaval que la encontró seguro que supuso un buen susto. Ya que encontrar un arma en una zona tan frecuentada por todo tipo de personas y en un entorno de ocio tan urbano, como es el caso, no es nada habitual.

Un arma del mismo calibre que la que mató a Angelita Loureiro hace cinco años

En armas, el calibre 6,35, es bastante habitual. Son armas de pequeño tamaño cuyos disparos para ser mortales exigen realizarlos a escasa distancia. Es, por ejemplo, el mismo calibre del arma con la que fue asesinada María Paz Angelita Loureiro López, una vecina de Bailás de 71 años que le abrió la puerta a su asesino que le disparó a bocajarro. Era un Viernes Santo de hace cinco años. Su asesinato, del que se cumple un lustro el próximo 6 de abril, continúa impugne y se continúa sin saber nada de quien puso ser el autor de este crimen a sangre fría.

A las 11.30 horas de aquella mañana, la mujer, que vivía sola, recibió en su casa a la panadera que cada día le entregaba en mano el pan. A las 12.51 horas, unos familiares de María Paz Angelita Loureiro se encontraron el cuerpo de la mujer, aún con vida, tendida en el suelo, al otro lado de la puerta. Llamaron al 112 y un helicóptero la trasladó al hospital Clínico de Santiago de Compostela donde falleció ese mismo día a las 23.00 horas a causa de dos impactos de bala recibidos en la cabeza y producidos a poca distancia.

La investigación llevada a cabo por la Guardia Civil no dio frutos en estos últimos años. Hace dos años, el Juzgado número 1 de Lalín dio por cerrado el caso, que fue archivado.

Un carpetazo judicial que para la Guardia Civil, apuntaban en aquel momento desde la Comandancia de Pontevedra, no supone que las investigaciones se hayan cerrado apuntando que seguían siempre vivas en estos casos, a la espera de la aparición de cualquier nuevo indicio que podría volver a abrir el caso judicialmente. El arma utilizada para el asesinato de la mujer no se encontró nunca.

Otros hallazgos que sobresaltaron a la opinión pública en las últimas décadas

Los hallazgos de armas no son frecuentes, sin embargo a lo largo de estos años, solo hace falta tirar de hemeroteca para encontrase con noticias que en su día conmocionaron a la opinión pública. Una fue en 1993, cuando fue detenido un aficionado a las armas al que la Guardia Civil encontró en su casa 33. Entre ellas se encontraban algunas de la Segunda Guerra Mundial, junto originarias de distintos países europeos y a los que se sumaba diversa munición. Todas estaban en perfecto uso.

Otra arma que hizo correr ríos de tinta fue una pistola semiautomática de nueve milímetros que fue encontrada escondida en un taller mecánico propiedad de uno de los imputados por el asesinato de Santiago Mondragón Paz y Víctor Manuel González Silva, asesinados en una pista de Dornelas el 26 de mayo del 2005.