«Me deberon hipnotizar», aseguró uno de los cooperativistas estafados

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

LALÍN

capotillo

El fiscal incrementó su petición de pena al único acusado en el cambiazo de 170.000 euros por recortes de papel en un hotel de Madrid a socios de una empresa de Botos

31 mar 2017 . Actualizado a las 08:03 h.

En la Audiencia Provincial de Pontevedra quedó ayer visto para sentencia el juicio contra J. B. T., vecino de Ourense, acusado de estafar a siete socios de la firma Prefabricados Deza Sociedad Cooperativa Galega, con sede en el polígono lalinense de Botos. El fiscal decidió incrementar la pena que pedía inicialmente. Si en un principio demandaba una condena de dos años de cárcel, en el juicio incrementó esa cifra a tres años, seis meses y un día. A los cooperativistas de la firma dezana les cambiaron 170.000 euros en metálico por unos recortes del papel, en un cambiazo ocurrido en septiembre del 2013 en un hotel de Madrid.

A la vista acudían los cooperativistas a los que estafó el único detenido sentado en el banquillo, aunque en la operación participaron al menos otras dos personas, uno de ellos con un gran grado de implicación. «Me deberon hipnotizar», comentó en el juicio el socio que había acudido al hotel Cuzco de la capital madrileña para entregar ese dinero. Aludió a que el cambio de los billetes por papeles ocurrió en un tiempo ínfimo, sin explicarse cómo pudieron volatizarlos con tanta rapidez. Esos 170.000 euros eran la cuantía acordada para el primer pago de la comisión por la venta de la sociedad cooperativa a un grupo inversor de Ucrania, actuando el acusado como mediador en esa venta por 2,5 millones de euros. Además se trataba de una comprobación de que iban a poder afrontar esa comisión, establecida en el 3,5 % del valor escriturado de la propiedad vendida.

La estafa parte de la situación económica de Prefabricados Deza en el 2013, cuando la crisis del ladrillo les golpeó reduciéndose su negocio. Tenían en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y ante la falta de ingresos decidían sacar a la venta a través de Internet las instalaciones de su propiedad en Botos. En un principio pedían 3 millones de euros por parcela y naves, captando el interés de un supuesto intermediario español, J. B. T., manteniéndose diversas reuniones y llegar al principio de acuerdo de venta ya citado.

En ese momento se incorporaba a la trama un intermediario ucraniano, nunca detenido dentro de la denominada Operación Sabueso por la Policía Judicial de la Guardia Civil de Lalín. Esta segunda persona fue quien realizó el cambiazo el hotel, llevándose 170.000 euros a cambio de un sobre con 500 euros y papeles. Lo hizo aprovechando un momento en que pidió ir al baño y devolver ese sobre una vez comprobado que había dinero para abonar la comisión por intermediar ante el ficticio grupo inversor ucraniano. Para junta ese dinero hubo aportaciones de entre 20.000 y 10.000 euros cada uno de siete socios de la firma.